La desnuclearización, objetivo central de la tercera cumbre entre las dos Coreas

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Madrid. Las dos Coreas celebran esta semana su tercera cumbre histórica tras las efectuadas por los expresidentes Kim Dae-jun (2002) y Roh Moo-hyun (2007) y ahora el gobernante surcoreano, Moon Jae-in, se ve con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en Pyongyang, con el objetivo central de solucionar la desnuclearización de la península coreana.

Esta nueva cumbre, del 18 al 20 de septiembre, viene también precedida del encuentro entre Kim Jong-un y Monn Jaen-in, en la zona fronteriza de Panmunjom, el pasado 27 de abril, y luego la histórica del líder norcoreano con Donald Trump el 12 de junio que ha consolidado el “fuerte” cambio estratégico y político que inicio Corea del Norte tras su participación en los Juegos Olímpicos de la ciudad surcoreana de Pyeongchang, en febrero pasado.

Una nueva cumbre que también servirá, además de reforzar las relaciones entre las dos Coreas, para generar confianza y desbloquear cualquier atisbo sobre el diálogo entre Estados Unidos y Corea del Norte, un proceso irreversible salvo anomalías imprevistas.

Esta nueva cita llega en un momento muy diferente en relación a otros encuentros, los cuales la tensión entre ambas partes era notoria, salvo las dos últimas, y ahora todo hace pensar que puede haber progresos e importantes avances no sólo en el tema nuclear sino también en relación a Estados Unidos.

Además, la inclusión de empresarios resalta la intención de intensificar la cooperación económica entre las dos Coreas, técnicamente aún en guerra, pese a que las actuales sanciones que pesan sobre el régimen por sus pruebas nucleares aún complican mucho esta posibilidad y que el régimen quiere que Seúl le ayude a levantarlas.

Entre las empresas invitadas están el presidente de facto del grupo Samsung (el mayor del país), Lee Jae-yong, el presidente del grupo SK, Chey Tae-won, el vicepresidente de Hyundai Motor, Kim Yong-hwan, y el máximo responsable del grupo Hyundai, Hyun Jeong-eun, así como el presidente del grupo LG, Koo Kwang-mo, y el de la metalúrgica Posco, Choi Jeong-woo, entre otros, lo que evidencia también el máximo interés de Pyongyang en cambiar y mejorar la economía del país.

Está claro que pese a las dudas a toda clase de especulaciones, presiones de EEUU o la ONU, o interpretaciones sobre el cumplimiento de Corea del Norte para su definitivo desmantelamiento de su programa nuclear, Pyongyang tomó una decisión política sin precedentes desde su fundación en 1948, tras las cumbres entre las dos Coreas (27-4-18) y el histórico encuentro entre Kim Jong-un y Donald Trump (12-6-18), que han marcado una nueva realidad en el país.

Dentro de los aspectos positivos, Kim envió recientemente a Trump una carta para pedir una nueva cumbre y luego organizó un desfile militar para el 70 aniversario de Corea del Norte en el que no se mostraron misiles balísticos intercontinentales, por lo que el presidente estadounidense valoró altamente este gesto.

Tampoco hay que olvidar que EEUU tiene mucho interés, mejor dicho Trump, que todo lo que ahora hay con Corea del Norte salga bien, sobre todo cuando su política exterior está creando diariamente problemas y además el 6 de noviembre próximo los estadounidenses eligen a 35 de los 100 senadores, a los 435 miembros de la Cámara de Representantes, y a 36 de los 50 gobernadores del país y a Trump le interesa avalar un éxito internacional, un aspecto que tampoco pasa desapercibido en el régimen norcoreano.

Por su parte, China ya ha mostrado su apoyo a esta nueva cumbre intercoreana que refuerza  las relaciones entre ambos países, técnicamente aún en guerra con un armisticio de 1953, y al mismo tiempo favorece para desbloquear los contactos entre Corea del Norte y EEUU.

La desnuclearización es un tema principal en esta tercera cumbre intercoreana a nivel de Estado, y también esta cumbre entre Moon y Kim será la tercera de su tipo desde la toma de cargo del presidente Moon, en mayo del 2017, donde ya los dos líderes sostuvieron su primera reunión el 27 de abril y la segunda el 26 de mayo, ambas en la zona fronteriza de Panmunjom.

En definitiva, la península coreana está viviendo una realidad impensable hace un año y todo apunta que con la cumbre de esta semana entre las dos Coreas las perspectivas irán mejorando en cuanto al entendimiento y a la ubicación definitiva del desarme nuclear, pero el régimen comunista no va a dar marcha atrás en un momento que políticamente está ganando en la diplomacia internacional.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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