Guerra de Ucrania (II): Rusia y los soldados norcoreanos fortalecen a Kim Jong-un
Madrid. Rusia está aprendiendo mucho de esta guerra con costosas pérdidas en todos los niveles, viendo sus propias debilidades, como por ejemplo el no haber podido lograr «una mayor superioridad área sobre Ucrania«, dice la Inteligencia del Reino Unido, mientras Corea del Norte, sus soldados cuando regresen, veremos cuántos, mostrarán sus experiencias bélicas al Ejército y estarán en mejores condiciones de explicar todos los misiles antiaéreos y equipos de defensa recibidos por Rusia, lo que fortalecerá aún más al país, que sigue en guerra en la península coreana desde hace más de 70 años.
Ucrania dice que más de 11.000 soldados norcoreanos se encuentran en Kursk, siendo entrenados para participar en «unidades de asalto» bajo la supervisión de comandantes rusos, aunque Pyongyang puede perder entre un 30 % y 40 % de sus tropas en combate, mientras que el resto regresará con experiencia en una guerra moderna para que luego esas experiencias se estudien en las escuelas norcoreanas.
Precisamente los soldados norcoreanos en la guerra de Ucrania influyen en todo, en especial en los militar, pero una decisión notoria ha sido ver como Rusia rechazó esta misma semana un posible armisticio en Ucrania similar al firmado entre ambas Coreas en 1953 y que congeló un conflicto en la península coreana que todavía sigue en plena tensión, pero sin ningún «tratado de paz», un armisticio que siempre rechazó Pyongyang, y seguro que Kim Jong-un habrá aconsejado a Vladimir Putin que no se le ocurra firmar un armisticio que no soluciona el problema.
Rusia ha suministrado a Corea del Norte más de un millón de barriles de petróleo desde marzo de este año, un petróleo que llega como pago por la armas y tropas que el régimen norcoreano ha enviado a Moscú para ayudar a Vladimir Putin en su guerra contra Ucrania, pero realmente estas ayudas al igual que otras similares violan las sanciones de la ONU, que prohíben a los países vender petróleo a Corea del Norte, unas sanciones que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha condenado en distintas ocasiones por el programa nuclear norcoreano, pero Rusia en marzo pasado decidió imponer el fin de seguimiento de las sanciones a Pyongyang. Una victoria más del líder Kim Jong-un que su pueblo aplaude. Países de la OTAN y Estados Unidos envían armas a Ucrania y Corea del Norte hace lo mismo con Rusia. El conflicto bélico se internacionaliza y Donald Trump dice que en 24 horas se acaba todo.
Corea del Sur reflexiona si envía apoyo militar a Ucrania y así las dos Coreas pueden rememorar la guerra coreana (1950-53), pues Seúl quiere conocer de primera mano todo el despliegue norcoreano y el envío de armamento y su tecnología. Seúl está interesada en la tecnología militar para sus programas de misiles que recibe de Moscú, además de la ayuda financiera. Esta misma semana, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, se reunió con una delegación del Gobierno ucraniano para abordar el envío de tropas norcoreanas a Rusia y su posterior despliegue en zonas de combate contra Ucrania.
No obstante, el asunto más importante para Seúl es conocer lo mejor posible todo el material militar norcoreano, al margen de las nuevas amenazas a la seguridad, y claro también los surcoreanos sienten la amenaza de un ataque nuclear o una hipotética invasión de la artillería norcoreana, pero es bastante improbable repetir aquella invasión de 1950 del entonces Ejército de Kim Il-sung, abuelo del actual líder Kim Jong-un, que dio origen a la guerra civil coreana por mucho apoyo que tenga de Moscú. La guerra entre las dos Coreas no se repetirá.
Rusia ha amenazado a Corea del Sur de las graves consecuencias si decide enviar armamento, pues tanto Corea del Sur como Japón estrechan cada vez sus relaciones con la OTAN, pero ese envío de armamento conllevaría internacionalizar aún más un conflicto que al parecer todo el mundo está deseando que llegue Trump para su solución final. Seúl quiere saber todo de las tropas norcoreanas en la guerra ucraniana, la tecnología militar norcoreana le interesa mucho a la inteligencia surcoreana. La situación aumenta en Ucrania, como también aumenta la tensión en la península coreana. Kim Jong-un está fuerte, seguro, su régimen se ve más protegido, sus ciudadanos entienden a sus soldados, mueran los que mueran, hacen un gran servicio a su gran aliado y a su líder.
La presencia de los soldados norcoreanos también le ha proporcionado a Pyongyang un importante apoyo en la ONU, pues Rusia como miembro del Consejo de Seguridad, está dispuesta a apoyar en todo al régimen norcoreano. Además, Moscú ya ha enviado equipamiento y misiles antiaéreos para fortalecer las debilitadas defensas áreas norcoreanas, mientras los soldados norcoreanos ya luchan y dispuestos a dar su vida por su líder y ahora por Putin, una situación que ya ha originado la muerte de al menos unos 500 soldados de los 11.000 que fueron enviados y también ha podido fallecer un militar de alta graduación en los combates de la región rusa de Kursk, según medios surcoreanos. Kim Jong-un quiere que sus soldados de élite en Ucrania regresen con la mejor experiencia bélica para mejorar a su Ejército.
Corea del Norte lleva 70 años en guerra, además siempre advierte a sus potenciales «enemigos», como EEUU, de las posibilidades de un conflicto armando por las provocaciones estadounidenses, surcoreanas y japonesas cuando con frecuencia realizan maniobras militares conjuntas, pero Pyongyang, a pesar de que ahora tiene a Rusia como un gran aliado y a pesar de las «amenazas» de Kim Yo-jong, hermana del líder Kim Jong-un, del desastre que sufriría Corea del Sur ante cualquier provocación, quien justifica su política de reforzar sus armas nucleares. Corea del Norte no va atacar a nadie y nadie va a invadir nadie en la península coreana.
Y también resulta complicado que Rusia se decida a usar sus armas nucleares en la guerra de Ucrania. ¿Una Tercera Guerra Mundial? O ¿Una guerra a escala mundial?, Rusia no la quiere por mucha amenaza que haga y menos China y EEUU, Putin sabe que esa acción militar tendría una respuesta global de la OTAN y EEUU y, por supuesto, que Rusia sobreviviría con graves consecuencias para todos, lo que no pasaría con Corea del Norte si decide un ataque nuclear, pues su régimen sufriría unas devastadoras consecuencias que supondrían el fin de la dinastía de los Kim. Pekín pide «calma y moderación» tras la amenaza rusa-nuclear, y seguro que Moscú le hará caso. No le queda otra. Ahora mismo Putin es un títere de Xi Jinping.
Corea del Norte con sus amenazas de un ataque nuclear o el constante lanzamiento de misiles, entre otros muchos factores, y ahora con su participación en la guerra de Ucrania, el régimen se fortalece, pues el pueblo norcoreano mantiene total respeto al orden jerárquico y a su líder, que les guía en todos los terrenos. Las sublevaciones internas son difíciles, pero ahora los soldados que luchan en Ucrania, enormemente vigilados, sabrán mucho más de los avances y conocimientos tecnológicos que no son posibles conocerlos en el país. Fuera de Corea del Norte hay más vida, otra distinta, pero no es fácil disfrutar de ella cuando la sociedad norcoreana, hermética y cerrada, no puede saltarse las normas del régimen que «vigila» al cien por cien a toda la población del país. ¿O serán los soldados norcoreanos en Ucrania los que traigan nuevos vientos de modernidad y progreso? Ya se encargará la dinastía Kim que no sea así.