Entrevista con Kunio Suzuki, director de innovación de Fujitsu en España

Kunio Suzuki, director de innovación de Fujitsu España
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Madrid. Al mando del departamento creativo de la compañía japonesa en Madrid, Kunio Suzuki atiende a ASIAnortheast.com para analizar y comparar la situación de España y Japón en el ámbito de la innovación, los avances tecnológicos de la competencia y el devenir creativo de Fujitsu, dentro de un sector clave en la economía nipona y en el bienestar de la sociedad española.

¿Cuántos años distan entre Japón y España, tecnológicamente hablando?

Hay que hablar de economía digital industrial. Lo digital activa y desactiva los elementos de la economía y los de la industria, por eso está en el medio. Si está años luz o no, dice mucho de cómo se encuentra la economía y la industria. En ese sentido, Japón es un país tecnológico que exporta tecnologías. El aspecto cualitativo de la tecnología va siendo cada vez más importante. Hoy se puede importar o generar nuevas tecnologías en base a esa importación. La tecnología ha hecho muchas cosas muy fácilmente manejables. En ese sentido creo que España está muy bien ubicada en ese contexto de poder tener la capacidad para generar nuevas cosas para contribuir al desarrollo de la economía del país. Lo importante no es la distancia, sino cómo aprovechas esas cosas disponibles hoy. España desde el punto de vista del PIB está ubicado en el número 5, pero si hablamos de la inversión en innovación tecnológica, en el 17, lo que no es muy relevante porque tiene muchas publicaciones científicas, a nivel mundial está en el número 9. Que se utilicen o no estas publicaciones es otra cosa.

Antes la tecnología de la información ayudaba a las empresas a producir más rápido. Los ordenadores eran una herramienta para ayudar a las empresas a procesar cosas rápidamente y dar resultados cuanto antes. Por ejemplo, si te ponías en contacto con el banco para ver qué saldo tienes en tu cuenta corriente, en la sucursal no lo sabías hasta el día siguiente. La capacidad para generar la información del saldo era lenta. Hoy, cuando gastas algo, en un segundo lo tienes en la cuenta corriente. Debemos de jugar con la simultaneidad de información. La industria de Uber gestiona el envío de taxis porque hay demanda de gente que quiere ir a otro sitio y oferta de querer atender esa demanda, nada más. Uber no tiene coches. La economía colaborativa o compartida hace matching para dar esa cobertura. Lo más importante es que exista la necesidad. La tecnología es internet móvil y datos. Hoy se tienen que juntar ambos factores.

Más de una cuarta parte de la población nipona tiene más de 65 años. ¿Cómo concilian estas personas su día a día con la tecnología?

El gap generacional es la manera en que se concibe la cultura y la manera en que se interpreta la evolución cultural y tecnológica. Lo que crea mucho gap entre los mayores es no poder utilizar lo ventajoso que ofrece esta evolución en la vida cotidiana. En Japón, por la longevidad, las mujeres llegan casi a los 87 años y los varones a los 83 u 84. Además, el promedio de hijos en Japón es de 1,3, mientras que en el mundo de 1,5. Si España está tendiendo a la población piramidal, en el caso de Japón esta pirámide es mucho más acentuada porque somos 120 millones de habitantes. Como nacen pocos, se va invirtiendo.

Los problemas importantes que conlleva esto son la riqueza de los recursos que se pueden generar. Los jubilados no llevan ya la actividad económica. Otro problema es la cuestión sanitaria. La manera con que se va a atender es distinta. Tienen que resolver este problema mundial. Esa manera hace sostener ese cambio generacional, que es lo que esperamos. El cambio medioambiental, la logística y el suministro alimentario también van a cambiar mucho. El deterioro del medio ambiente puede deteriorar el terreno, el mar… Hay que resolverlo, la tecnología juega un papel importante. Japón es un buen profesor que va enseñando a los demás por los problemas que ha tenido.

¿Qué piensa de que una parte de los científicos ya muy mayores hayan emigrado a países como Taiwán para seguir trabajando?

Japón tiene suficiente mecanismo social para ofrecer trabajo a esas personas de avanzada edad que quieren seguir trabajando. Tienen mucha experiencia, pero si trabajan en una organización el sistema les obliga a salir. Hay demanda que requiere una serie de expertises. En Japón se gestiona esa oferta y demanda. Hay otro tipo de trabajo que no tiene tanta demanda como el mundo del arte o los que elaboran las películas de cine. Los expertos que serán destinados a estos puestos suelen tener como destino los países en vías de desarrollo. El Gobierno puede hacer eso. Y es que las oportunidades de trabajo en Japón tienen mecanismos importantes. Pero no me preocupa mucho, hay muchos otros que no quieren trabajar.

Hay otro tipo de ejército muy fuerte: los jóvenes que se están perdiendo mucha cantidad de trabajo porque no hay demanda. Los jóvenes en Japón no quieren salir fuera. Eso no es bueno: tienen que crear un pensamiento de la diversidad, que está ligado a la cultura. Conocer otras civilizaciones te hace desarrollar otro tipo de manera de pensar que se refleja en la manera de actuar. Con eso consigues una nueva aportación. La industria del automóvil está cambiando vertiginosamente la concepción de automóvil. Por ejemplo, en Toyota algo menos del 20 por ciento de empleados se dedican a crear nuevas ideas. En Volkswagen, un 30 por ciento. ¿Qué está pasando? Existe el concepto de la tecnología de elementos. Hay muchas otras cosas que no tienen casi nada que ver con la tecnología del automóvil pero juegan un papel muy importante. Por ejemplo los aspectos legales, de preferencia o las ciencias sociales. Porque hoy con la tecnología del automóvil se puede conseguir una gran velocidad y un consumo mucho menor. Por eso se habla mucho de la inteligencia artificial. Hay que emitir mucho menos y pensar en la seguridad de la gente. Su preferencia no es correr mucho. La industria del automóvil puede contribuir al desarrollo de la sociedad en conjunto.

A propósito de la inteligencia artificial: Hayashi, el padre de Pepper, lanzará en 2019 un nuevo robot para remediar la soledad. Su inteligencia es comparable a la de un gato. Sony, por su parte, apuesta por desarrollar robots capaces de llegar al corazón de la gente. En el ámbito de los sentimientos, ¿hacia dónde van la inteligencia artificial y la humana?

El proyecto Human Brain Project de la Unión Europea gastará 1200 millones de euros entre 2013 y 2023 en analizar la estructura y la mecánica del cerebro humano para trasladarlo a la inteligencia artificial. Incluso los ratones o los monos tienen una parte más sofisticada que el cerebro humano y 10.000 neuronas van a verlo y analizarlo. Averiguar cómo ir trasladando esa mecánica puede servir a la hora de desarrollar inteligencia artificial. Se necesitan cuatro millones de años para poder conseguirlo. La capacidad de conseguir hacer funcionar el lenguaje natural artificialmente es muy importante.

La Universidad de Oxford estableció que de 702 tipos de profesiones que existen muchas van desapareciendo porque se sustituyen por la robótica. El 50 por ciento de esas profesiones desaparecerán con una probabilidad del 90 por ciento. Por ejemplo, el oficio de sastre o los que teclean data, los bibliotecarios… Es algo muy normal porque la tecnología evoluciona muy rápidamente. De poder ser sustituidos del todo creo que todavía estamos lejos.

Panasonic anunció que dejaría de producir pantallas LCD para televisores este año. ¿Cuál es el futuro de la televisión?

No sé exactamente cómo va a ser el futuro de la televisión en el ámbito tecnológico, pero su uso va a ir evolucionando. Ahora vía wifi estás tecleando, y también se puede hacer por una pantalla. Sobre eso puedes sacar informaciones. Tanto la televisión como el móvil son aplicaciones útiles para acceder a la información. Hoy se cuelga la televisión en la pared. Hay muchas maneras de colgarla, como en una columna redonda. Existe otro tipo de pantallas que llamamos de papel electrónico. La pones y puedes verla desde muchos sitios distintos.

La evolución de la pantalla ya es una realidad. En los grandes hospitales en Japón los pacientes se pierden. Van primero a la recepción, allí te dan una especie de pantalla pequeña muy finita de lámina de papel que te dice “tiene que ir a tal sitio del edificio A del segundo piso”. En Japón el sistema sanitario hace de todo: la consulta, la analítica y la receta de los medicamentos. Cada paso tiene un tiempo de espera. Así la gente lo sabe y en función de eso puede planificarse y hacer otras cosas. Se trata de jugar con la información que ya está disponible para que sea útil para determinadas cosas.

Mitsubishi ha desarrollado la primera tecnología del mundo que permite dictar voz en una tableta o teléfono inteligente arrastrando el dedo por la pantalla. ¿En qué ámbitos de la vida supondrá esto un avance para la sociedad?

El lenguaje natural integra una parte de este desarrollo: la máquina lo analiza y lo traslada en letras. Por ejemplo, el volumen de algunas publicaciones científicas es enorme. En vez de empezar a investigar lo que ya está investigado, tienes que coger el atajo. Esto se consigue leyendo publicaciones, lo que llamamos extractos, o resumen de lo investigado. Uno lo lee todo, pero si lo puede hacer la máquina en base al lenguaje natural resulta mucho más rápido.

¿Qué proyectos tiene Fujitsu en este sentido?

Fujitsu quiere leer e integrar esas informaciones al mundo clínico. En el Hospital Clínico de Madrid estamos desarrollando procedimientos muy importantes para atender mucho más eficazmente a los pacientes del departamento de Psiquiatría. Socialmente, la gente intenta tapar las enfermedades de salud mental porque son raras. Esto es muy peligroso porque puede causar bajas laborales, trabajos adicionales para familiares o actos de suicidio. Analizando una serie de datos clínicos vamos a buscar la causa o indicios muy claros que puedan evitar muchas cosas. Con la ayuda de la experiencia de los doctores y gestores de hospitales se pueden gestionar esos diagnósticos mucho más rápido que ahora. Así, además, se pueden ahorrar costes hospitalarios.

Victor Mir

Periodista, licenciado en Traducción e Interpretación

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