Corea del Norte cerrará sus instalaciones nucleares y salvará su régimen

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Madrid. El éxito del encuentro entre Kim Jong-un y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y el anuncio del líder norcoreano de cerrar sus instalaciones nucleares forman parte de la nueva estrategia diplomática de Pyongyang y a la vez se asegura la supervivencia del régimen comunista cuando ya su programa nuclear no era suficiente para tal objetivo, aunque sí ha logrado un “importante” desarrollo nuclear que ha servido para la cita intercoreana y la inminente con EEUU.

Esta vez las observaciones que hace Kim Jong-un para cerrar las instalaciones de ensayos nucleares y como testigos la prensa internacional, además de expertos surcoreanos, estadounidenses y observadores internacionales para asistir a ese desmantelamiento, tienen una mayor verosimilitud sobre todo tras la participación de Corea del Norte en los Juegos Olímpicos de la ciudad surcoreana de Pyeongchang en febrero pasado, un evento deportivo que ha facilitado que Pyongyang revolucione al mundo con su nueva estrategia política.

Donald Trump tiene lo que exigía para su cita histórica con Kim Jong-un al asegurarle el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, que solo habrá paz con Corea del Norte si el régimen se compromete a una desnuclearización «completa, verificable e irreversible», una decisión que el líder norcoreano y ante la sorpresa generalizada ha garantizado al gobernante surcoreano. Una credibilidad que ha ganado certeza tras el encuentro entre las dos Coreas.

Todo parece indicar que el cierre de pruebas atómicas de Punggye-ri (provincia de Hamgyong, norte del país) realice públicamente su desmantelamiento para subrayar el compromiso de Pyongyang con la desnuclearización, un lugar dañado por la sexta prueba realizada y la más potente detonación nuclear subterránea hasta ahora realizada en septiembre pasado pero inservible para nuevas pruebas nucleares., incluso con peligro de cierta radiación,

Punggye-ri ha sido la base donde Corea del Norte ha realizado sus pruebas nucleares de 2006, 2009, 2013, 2016 (enero y septiembre) y en 2017 prueba con «total éxito» una bomba de hidrógeno, lo que supone el sexto ensayo atómico del país, como indicaron las autoridades norcoreanas en su momento, lo que evidencia que Pyongyang se da por satisfecha en su progreso nuclear y está dispuesta a desmantelar su programa nuclear como mejor forma para la supervivencia del régimen, que siempre alardeó de su rica producción de plutonio.

Hay que tener en cuenta que tampoco ahora Corea del Norte estaba en las mismas condiciones de antes para vender su tecnología nuclear. De hecho en los años 80, Irán importaba misiles y tecnologías balísticas de Pyongyang; luego que Rusia y China redujeron el flujo de tecnología a los iraníes, entonces el régimen norcoreano se constituyó en la fuente principal de la tecnología de misil balística y de componentes de Teherán, además de otros países como Pakistán, y en esta situación el régimen de Kim Jong-un vio su punto final.

Pese a todo, los expertos han vertido dudas sobre un serio compromiso de Corea del Norte para su desnuclearización, pero es obvio que las circunstancias son otras, ya no sólo las fuertes sanciones impuesta sino la enorme presión de China, que ha apoyado las sanciones y hasta un cierto temor de que Donald Trump le diera un escarmiento a Kim Jong-un.

Es importante resaltar que el régimen norcoreano desmanteló en junio de 2008 parte de su planta nuclear de Yongbyon (principal emplazamiento nuclear de tipo bélico de Corea del Norte) ante periodistas extranjeros y observadores internacionales, tras un levantamiento momentáneo de sanciones por parte de EEUU, aunque luego volvió a operar las instalaciones poco después, pero en estos momentos la situación es diferente, aunque habrá que esperar para mayor credibilidad al encuentro entre Kim y Trump.

Las dos Coreas han firmado una declaración conjunta, cuya meta es «lograr una península libre de armas nucleares» y unidos abrir conversaciones con Estados Unidos para firmar un tratado de paz definitivo que sustituya al armisticio vigente, firmado el 23 de julio de 1953.

Un tratado de paz que no pueden firmar simplemente ambas Coreas, dado que el armisticio que supuso el fin de la guerra en 1953 estaba firmado por el Ejército norcoreano, China y Estados Unidos como representante del mando de Naciones Unidas, de ahí que el documento que ponga fin formal a la guerra también debe contar con la participación de estos países.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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