China refuerza su posición mundial con su nueva política diplomática
Madrid.China quiere ser protagonista de todo lo que se cuece en el mundo y su nuevo presidente, Xi Jinping, desea jugar un papel cada más notorio en las relaciones exteriores, pues si ya económicamente la dependencia que se tiene de Pekín es muy alta, ahora a nivel diplomático la comunidad internacional sabe que cualquier decisión que se produzca a nivel mundial hay que tener en cuenta al “gigante asiático”.
Xi Jinping junto a Barack Obama |
Xi Jinping comienza su segunda gira al extranjero a América Latina y Estados Unidos como una clara señal de la importancia cada vez mayor que Pekín concede a esa región. Una gira, que acaba de iniciar y que concluirá el 8 de junio en un periplo que le llevará a México, Costa Rica, Trinidad y Tobago y a California (EEUU), donde se verá con el presidente Barack Obama.
El presidente chino ya realizó en marzo pasado una visita África, que le llevó a Tanzania y República del Congo, donde impulsó la apuesta de Pekín por las inversiones en ese continente y al mismo tiempo en su participación en la cumbre del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), celebrada en Sudáfrica, firmó con su homólogo congoleño, Denis Sassou Nguesso, varios acuerdos para inversiones chinas en esa nación congoleña. Obviamente China está intentando por todos los medios no ser percibida como una nueva potencia colonial.
La reciente visita a Alemania del primer ministro chino, Li Keqiang, el pasado 26 de mayo, es una muestra más de la nueva política exterior de China, donde mantuvo importantes contactos de tipo económicos, incluso ya en marzo pasado Yang Jiechi, en su despedida como ministro de Asuntos Exteriores, señaló que el nuevo gobierno prevé aumentar cada vez más la presencia del país en los asuntos internacionales para crear un sistema mundial más «equilibrado».
Lo que está claro que la visita, 22 de marzo pasado, de Xi a Rusia, la primera que hizo al extranjero como presidente, y la efectuada a África tenían como fin la búsqueda de materias primas, sobre todo cuando la parte de Siberia para China es una inmejorable cantera de recursos naturales situada muy cerca del “gigante chino”, pero a la vez también contribuyó a priorizar que la presencia de Pekín en la esfera internacional es y será muy importante.
Durante el mes de mayo tanto el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, como el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, visitaron China, lo que demuestra el interés de Pekín por reactivar el proceso de paz en Oriente Medio, un aspecto que coincide con EEUU, Rusia y la Unión Europea (UE), sobre todo cuando el proceso lleva estancado desde 2010.
Ya el primer ministro chino, Li Kegiang, dijo recientemente que “China como amigo de Israel y Palestina quiere hacer de intermediario para promover el proceso de paz”.
Incluso el levantamiento del embargo de armas de la Unión Europea (UE) para armar a la oposición siria, bajo el compromiso de no hacerlo antes de agosto y dar así una oportunidad a la conferencia internacional sobre Siria, en junio próximo en Ginebra, donde rusos y estadounidenses discrepan mucho más que entre Pekín y Washington, eleva el protagonismo internacional de China que no fue beligerante con esta decisión de la UE de proporcionar armas a la oposición que combate al régimen de Bashar el Asad, aunque tampoco ha secundado de forma clara ese levantamiento, pero recalcando la importancia de que se logre la estabilidad en Oriente Medio.
Por otra parte, Xi Jinping analizará con Barack Obama situaciones conflictivas como las de las dos Coreas o las reclamaciones marítimas entre China y países vecinos como Japón, Filipinas y Vietnam, aunque ya EEUU ha reiterado en su política de neutralidad en los contenciosos territoriales de la región, pero Pekín no se fía y teme que Washington siga influenciando en el Pacífico, sobre todo cuando recientemente ha aumentado su presencia militar en Australia, además de las bases militares que ya tiene en Japón y Corea del Sur.
China, pese a las recientes acusaciones de que un grupo deciber espías chinos accedió a los diseños de importantes sistemas de defensa de Estados Unidos, quiere un nuevo modelo de relación con Washington basado en la confianza mutua y la igualdad. China y EEUU llevan meses enfrentados en una campaña de recíprocas acusaciones de ciberespionaje, que comenzaron en febrero pasado con un informe de una empresa estadounidense que denunció que buena parte de los ciberataques contra EEUU tienen su origen en una sede del Ejército chino en Shanghái, lo que Pekín siempre negó de forma taxativa, pero al igual que otros asuntos, aunque este del espionaje informático será uno de más tratados entre Xi Jinping y Barack Obama en el encuentro que mantendrán los días 7 y 8 de junio en California (EEUU).
Precisamente un reciente informe elaborado por expertos ligados al Ejército chino señala que la región Asia-Pacífico se ha convertido en «un nuevo centro global» donde se vislumbra «una competición geopolítica, económica y militar» y donde «Estados Unidos ha desplazado al este su foco estratégico» y que las grandes potencias «han intensificado su juego en pos de un dominio regional», según el documento del Centro para la Política Nacionalde Defensa.
Asia es el continente donde más proliferan las armas nucleares, pues ya no sólo tienen la bomba países como Pakistán, y se sospecha de Corea del Norte, sino que sus gobiernos han estado en condiciones de venderle su tecnología nuclear al mejor postor sin olvidarse de las fronteras más explosivas del mundo como China e India, Pakistán e India y las dos Corea, de ahí la importancia del papel de China y su enorme notoriedad en la visita de Xi Jinping a Estados Unidos.
China está llamada a liderar el crecimiento mundial en el futuro y acabar con la hegemonía económica de Estados Unidos, un hito que se logrará en unos seis años, según un informe de la Academia China de Ciencias, y así lo deben entender su nueva clase política de gobernantes dando continuidad adecuada a la tarea reformista iniciada por Deng Xiaoping hace más de tres décadas.
En este sentido, China ha aprobado diversas medidas dirigidas a agilizar la creación de empresas y a combatir los gastos superfluos de los funcionarios del Gobierno. La nueva etapa de Xi Jinping está encaminada a la modernización si no quiere terminar abocada a la inestabilidad, por ello los nuevos dirigentes chinos saben perfectamente que tienen que dar paso a una convivencia nacional cerrando cualquier herida que aún haya abierta en este nuevo periodo que acaba de iniciarse y clave para que el “gigante asiático” ocupe el lugar que le corresponde dentro de las relaciones internacionales.
Pero no olvidemos que los líderes chinos quieren fomentar más el consumo interno, en lugar de la inversión y la exportación, para sacar al país de las desigualdades y sobre todo para lograr unas infraestructuras de mayor calado en la sociedad china.
No obstante, pese a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de recortar las previsiones de crecimiento para China este año al 7,75 por ciento, frente al 8 por ciento y el 8,2 por ciento para el 2014 e instándole a una serie de reformas para el desarrollo de una economía más equilibrada, el “gigante asiático” es y seguirá siendo clave en el devenir de los acontecimiento políticos-económicos mundiales.
By Santiago Castillo
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