China: la calidad comienza a ser más importante que la cantidad
Madrid. Cuando los medios informativos de todo el mundo están dando a conocer con profusión de datos en algunos casos y, en otros, simplemente haciendo uso de titulares llamativos, el que la economía china en este año 2014 puede convertirse en la primera economía mundial desplazando a la de Estados Unidos al segundo puesto, los órganos rectores de la vida económica china pueden estar comenzando a implantar lo que sería un cambio total en el concepto tradicional.
Con la evidente aprobación del equipo gobernante, y de su verdadero y máximo órgano de poder, el Comité Permanente del Politburó– sin la aprobación del partido no podrían producirse tales medidas- significativos representantes económicos han comenzado a señalar un camino de cambios trascendentales.
Gran parte del gigantesco crecimiento chino se ha basado en la inmensa potencialidad de fabricación de productos poco sofisticados a precios que hacían casi imposible la competencia. Por el contrario, y en un cambio radical, se asevera por portavoces autorizados que la calidad en el desarrollo económico debe ser mucho más importante que el porcentaje de crecimiento del PIB.
Calidad frente a cantidad, huyendo de triunfalismos por el crecimiento del PIB ya que el mismo, según exponen responsables económicos chinos, existe una gran disparidad al medir el ingreso real por habitante. Aún creciendo significativamente, la renta actual es de 10.057 dólares, ocupando el puesto 99 a nivel mundial, mientras la de EEUU es de 49.782 dólares, con el lugar 12.
Existe una enorme brecha entre el PIB y esos ingresos reales por persona y, según Deming Hu, destacado economista y profesor de la Universidad de Pekín, los ingresos mencionados representarían ente el 70 al 75 por ciento del PIB. En su análisis objetivo – que insistimos refleja y no sería posible su publicación sin el consentimiento de las más altas esferas – se subestiman los precios en China, y se sobrestima el PIB. Otro señalado economista, Xu Guangilang , insiste en la disparidad entre las cifras globales y la renta “per capita”.
Un organismo de tan alto nivel como el Consejo de Estado ha lanzado la directriz: la calidad tiene que ser lo más importante, con una sumamente importante llamada, verdadero toque de atención, aconsejando vivamente prudencia a economistas y a medios de comunicación. Se trata nada menos que de replantearse el actual modelo de desarrollo económico chino.
También frente al expansionismo exagerado de las grandes empresas chinas en el extranjero, hoy día a nivel casi universal, y que en 2013 supuso una inversión china de 88 mil millones de dólares, de los que el 83 por ciento corresponde a empresas privadas, en 179 países, el Gobierno chino ha recomendado prudencia en las inversiones, la unidad de fuerzas conjuntas en dichas inversiones, y como deben considerar seriamente los riesgos derivados de las políticas en los países a invertir, las agitaciones sociales, etc. respetando cuidadosamente las costumbres y usos locales.
Hay que reconocer que una norma inflexible y obligada de la política china, a diferencia de otras épocas, es el absoluto respeto y la no ingerencia en las políticas nacionales, ya sean sistemas democráticos, partitocráticos, dictaduras de derechas, de izquierda, etc. El éxito de dicha política ha sido innegable.
Conclusión: Si se desarrolla la política de que la calidad en el desarrollo económico ha de ser más importante que el porcentaje de crecimiento del PIB, estaremos asistiendo a un cambio trascendental que afectará a China y al mundo.
Ángel Maestro, periodista, politólogo y analista internacional