Rusia y China más cerca tras la inauguración del primer gasoducto que une a ambos países

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Madrid. Rusia ha comenzado a suministrar gas natural a China a través del gasoducto «Fuerza de Siberia», por el que exportará a la República Popular China más de un billón de metros cúbicos de gas natural en los próximos 30 años, que le reportarán unos 363.208 millones de euros en ese periodo, un gasoducto, que además de unir a los dos países, sirve para resaltar la importante colaboración estratégica de estas dos naciones, en especial, en el dominio energético.

Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y China, Xi Jinping, inauguraron a través de  videoconferencia el gasoducto, cuyo proyecto ha supuesto inversiones de 49.938 millones de euros a ambos lados de la frontera, en un hecho histórico para el mercado mundial de la energía, señaló el gobernante ruso.

El gasoducto une los yacimientos de Siberia oriental con la frontera china a través de más de 2.000 kilómetros de conductos, cuya red tendrá un total de más de 3.000 kilómetros.

Tanto la rusa Gazprom como la PetroChina son las dos multinacionales de este evento histórico que marcará las relaciones entre Moscú y Pekín, que espera terminar su parte del gasoducto en 2022-2023 para llevar el gas hasta Shanghái, pero el desarrollo de las relaciones sino-rusas será cada vez más consistente, un enorme proyecto que darán trabajo a unas 10.000 personas y que durante los cinco años de construcción soportaron hasta temperaturas de 50 grados bajo cero.

La enorme tubería facilitará al “gigante asiático” 38.000 millones de metros cúbicos anuales, casi el 10 por ciento del consumo de gas en China, para un periodo de 30 años. El contrato, que se firmó en mayo de 2014 por el gigante energético ruso Gazprom y la china CNPC, asciende a unos 360.000 millones de euros.

Por otra parte, la materia prima procede de las regiones siberianas de Irkutsk y Yakutsk y lo que se ha acaba de inaugurar es un tramo de gasoducto de 2.200 kilómetros desde el yacimiento Chayandinskoe en Yakutia hasta Blagovéshensk, en la frontera con China.

De esta forma, en la siguiente etapa habrá que construir todavía otro tramo de 800 kilómetros para conectar los campos de Koviktinskoe con Chayandinskoe, con lo que la longitud total de la tubería será de 3.000 kilómetros, cuyo coste, según Gazprom, está cerca de los 50.000 millones de euros y luego China, por su parte, tendrá que extender la línea gasística hasta llegar a Shanghái.

Tanto Vladímir Putin y Xi Jinping llevan más de un año un alto nivel de contactos con una treintena de encuentros desde 2018, tanto en sus países como en distintos foros internacionales.

Rusia ha logrado diversificar su oferta energética y estrechar lazos con China en un momento en el que en EEUU se levantan voces contra el gasoducto Nord Stream-2 y en Europa y algunos países de la UE abogan por reducir la dependencia de los carburantes rusos, según fuentes occidentales, mientras China compra también a Rusia el gas licuado que sale de la planta del Artico de Sabetta (Yamal-noroeste de Siberia).

Precisamente, en el reciente cumbre de los BRICS (China, Rusia, Brasil, Sudáfrica e India) Moscú se ha convertido en el proveedor líder de petróleo a China, pese a que Pekín recibe también crudo de países de Asía Central.

Rusia y China consolidan su buen momento de relaciones, donde ya en septiembre inauguraron el centro transfronterizo de logística China-Rusia entre Heihe y Yuexing, donde Heihe es la puerta desde la frontera rusa a la provincia de Heilongjiang y además se ha creado un potente canal de comercio con la localidad rusa de Blagovéshensk, situada al otro lado del río Amur (cerca de la frontera entre China y Rusia).

La visita a Moscú en junio pasado del presidente chino también sirvió para reforzar las buenas relaciones entre ambos países, pero no han quedado en vacío las sanciones internacionales contra Rusia por la situación en Ucrania y de las fuertes presiones y luchas comerciales que viven Washington a Pekín, de ahí, según expertos, que el intercambio comercial entre Moscú y Pekín aumentó un 25 por ciento en 2018 para alcanzar un nivel récord de 108.000 millones de dólares, tras cumplirse 70 años de la apertura de sus relaciones diplomáticas y después de atravesar años de turbulencias diversas.

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