Las consecuencias del “brexit” en el nordeste asiático (I)

Madrid. Tras la celebración del referéndum del “brexit” en el Reino Unido en el que los británicos votaron a favor de la salida de la Unión Europea (UE), Corea del Sur pidió revisar el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado con la UE en 2009 y en vigor desde 2011, China tiene confianza en la fortaleza de sus lazos comerciales con el organismo comunitario, mientras Japón decidió destinar unos 88.000 millones de euros para mitigar los efectos de la decisión británica, pero la decisión tomada por los británicos ha creado un serio problema que hará modificar muchos aspectos sobre el futuro de la UE.
Al mismo tiempo, Corea del Norte culpó a EEUU de ser el responsable del “brexit” por su política desestabilizadora en Oriente Medio, y luego para Taiwán la salida de la Unión Europea por parte del Reino Unido es una mala noticia para Taipéi, sobre todo cuando Londres ha sido uno de los fervientes defensores de la isla en la comunidad europea, pero lo que sí está claro que a partir de ahora estos países, al igual que otros mercados, tendrán que afrontar nuevos retos a raíz del “brexit”.
Corea del Sur propondrá la firma de otro pacto comercial bilateral con el Reino Unido, obligado por la nueva situación, aunque la salida del Reino Unido hasta que se haga efectiva, lo que puede tardar dos años en producirse, el actual tratado entre Corea del Sur y la UE sigue vigente.
El objetivo de Corea del Sur radica en asegurarse de que las empresas financieras locales tienen suficiente liquidez en moneda extranjera y “monitorizarán” el mercado de divisas y la salida de capitales extranjeros con el objetivo de reducir la volatilidad en el mercado financiero surcoreano, pero todo basándose en evitar que la inestabilidad financiera se propague a la economía real surcoreana por la salida del Reino Unido de la UE.
Por su parte, el Banco de Corea (BOK) anunció que se pondrá a trabajar para evitar la inestabilidad financiera del país, tras comprobar que tanto el Kospi, principal indicador del mercado de valores de Corea, como el Kosdaq, índice tecnológico del país, habían cerrado sus sesiones con fuertes caídas, aunque se recuperaron en cierta medida hasta cerrar con pérdidas de sólo el 3,1 por ciento y el 4,8 por ciento, respectivamente.
No obstante, en términos generales, Corea del Sur considera que la salida del Reino Unido de la UE es un contratiempo para los partidarios de una economía global más integrada – por los beneficios que aporta -, habría declarado el ministro surcoreano de Finanzas, Yoo Il-ho, en la sesión de apertura de la reunión anual del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII), que se celebró la semana pasada en Pekín.
Pese a los inconvenientes que esta nueva situación puede llegar a producir, Yoo expresó su confianza en que este revés para la integración económica mundial sirva de punto de partida a una mayor cooperación para la superación de las dificultades que surgirán en aras de conseguir una prosperidad compartida por todos e invitó a tomar como ejemplo el caso de la creación del BAII, en octubre de 2014, cuyo objetivo es apoyar el desarrollo económico de Asia.
Yoo no olvidó destacar, sin embargo, que, entre las primeras consecuencias de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, además del asombro generalizado de los miembros de la comunidad internacional, se hallaba la caída generalizada de las bolsas, con una pérdida de capitalización en las plazas europeas de alrededor de 960.000 millones de euros, la depreciación de la libra esterlina y del euro, el recurso de los inversores a valores considerados seguros como el oro y el bono alemán, el alza de las primas de riesgo de países periféricos de la Unión como Grecia, Portugal y, en menor medida, España.
Se ha abierto un periodo de incertidumbre económica y política cuyas consecuencias a medio y largo plazo se irán viendo en los próximos meses, aunque, de momento, los bancos centrales ya han empezado a tomar precauciones. Así, el de Inglaterra ha puesto 310.000 millones de euros a disposición de sus entidades financieras, el Banco Central Europeo (BCE) ha hecho saber que está dispuesto a ofrecer mayor liquidez en euros y en divisas y el Banco Popular de China (Banco Central) ha añadido 22.850 millones de euros de liquidez a sus bancos.
A todo lo anterior se añade la renuncia de David Cameron como primer ministro el próximo mes de octubre y la resolución no vinculante del Parlamento Europeo (PE) en la que se insta al Reino Unido a iniciar cuanto antes el proceso de separación de acuerdo con el Artículo 50 del Tratado de Lisboa.
En lo que se refiere a Japón, la salida de los británicos de la Unión Europea no sólo afectará a las empresas japonesas en el Reino Unido- 1.380, de las que el 40 por ciento son manufactureras, según fuentes niponas –con sede central en el Reino Unido, sino a la incertidumbre respecto al crecimiento global ya sacudido por la desaceleración en las economías emergentes. El nerviosismo en los mercados financieros mundiales tras la votación del pasado 23 de junio continúa. Tanto el gobierno nipón como las empresas no van a bajar la guardia para tratar de paliar las repercusiones de la salida e impedir daños aún mayores en la economía de Japón, según indicaron medios japoneses, entre ellos el editorial del Japan Times.
Japón es el segundo mayor inversor foráneo en el Reino Unido, por detrás de EEUU y la salida de la UE perjudica enormemente a estas empresas, que previsiblemente perderán su acceso exento de aranceles al mercado único, según distintas fuentes.
El mercado de Tokio experimentó una convulsión producida por el pánico desatado el pasado día 24, cuando se hizo evidente que los británicos, a pesar de las indicaciones de un resultado opuesto justo el día anterior, votó su salida de la UE, lo que produjo el encarecimiento del yen a niveles que no se habían visto desde hace más de dos años y la preocupación de que este encarecimiento pudiera dañar los beneficios de los principales fabricantes, lo que, a su vez, condujo a una caída lineal de las cotizaciones en la Bolsa de Valores de Tokio, la mayor caída diaria desde hace 16 años.
Además, el Mercado de Valores de Tokio (TSE), que se recuperó de parte de las pérdidas tras los primeros días del “brexit”, terminó casi plano en esa semana, mientras los mercados estadounidenses y europeos continuaron reflejando el peso de los votos a favor de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, lo que llevó a las autoridades financieras niponas a intervenir para aliviar el impacto.
Los efectos de la salida del Reino Unido del mercado único de la UE afectarán en mayor o menor medida a las empresas japonesas que se hallan en el Reino Unido dependiendo del resultado de las negociaciones de salida, que comenzarán una vez que el Reino Unido haya elegido a un nuevo primer ministro en septiembre, proceso que se espera que dure al menos dos años, y de la forma que adopten las relaciones económicas británicas con el continente.
Según Teikoku Databank, una empresa de investigación de mercados, los fabricantes de automóviles como Toyota, Nissan y Honda exportan más de tres cuartas partes de sus vehículos fabricados en sus plantas del Reino Unido al mercado de la UE, libres de aranceles en la medida en que el Reino Unido forma parte del mercado único.
Por su parte, el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, que dirigió la campaña por la salida desde el partido conservador, consideró que Gran Bretaña aún podría mantener una relación de libre comercio con la UE y el acceso al mercado único. Pero si las conversaciones de salida van en otra dirección, los fabricantes japoneses pueden verse obligados a revisar sus inversiones en Gran Bretaña y cambiar algunas de sus operaciones al continente.
Sin embargo, el periodo de espera hasta la salida de los británicos probablemente complique las negociaciones entre Japón y la UE para un Acuerdo de Asociación Económica (EPA) y las posibilidades de concluir las negociaciones de los EPA para finales de año, ahora se consideran escasas.
Asimismo, el Consejo de Política Económica y Fiscal japonés estudió esta semana pasada los efectos de la revalorización del yen y el más que probable deterioro del clima empresarial de las empresas niponas en Reino Unido, mediante planes de financiación con intereses muy bajos para las pymes, a través de la estatal Corporación Financiera de Japón; la posibilidad de que el Banco de Cooperación Internacional de Japón expanda sus líneas de crédito en divisas foráneas para grandes compañías que operen en otros países, con el fin de que los bancos nipones y las compañías domésticas no tengan problema a la hora de hacerse con moneda extranjera; subsidios para aquellas empresas que no activen despidos pese al deterioro de sus operaciones; y la distribución de bonos de descuento para que los turistas que visiten Japón no noten la apreciación del yen.
Entre otras cosas, en lo que respecta a Japón, sus autoridades han asegurado estar preparados para intervenir en el mercado y detener la escalada del yen, y ven con realismo, tras la reunión de los ministros de Finanzas del G-7, que los efectos de la magnitud del impacto de una intervención de Japón en el largo plazo sigue siendo poco clara, teniendo en cuenta, además, que el impacto más grande de la salida del Reino Unido se producirá en la economía de la propia Gran Bretaña y del resto de la UE, lo que sin duda se suma a las incertidumbres globales ya desencadenadas por la desaceleración de las economías como la de China, así como por las dudas que surgen respecto a una recuperación sostenida de la economía de Estados Unidos.
Pero se hace necesario, en este sentido, paliar las repercusiones del “brexit” para evitar que se convierta en el origen de una nueva recesión mundial, y Japón debe desempeñar un papel importante, en opinión de sus dirigentes.