La ruptura del acuerdo nuclear de EEUU con Irán crea desconfianza a Corea del Norte

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Madrid. La decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de retirarse del acuerdo firmado en 2015 sobre el programa nuclear de Irán ha originado cierta desconfianza a Corea del Norte, que ve los altibajos, la imprevisible y cambiante política estadounidense como factores de riesgo para sellar cualquier pacto que ponga fin a la desnuclearización de la península coreana.

A pocas semanas del encuentro histórico entre Kim Jong-un y Donald Trump las alarmas se han disparado en la ya frágil situación política norcoreana, cuyo régimen está dispuesto más que nunca en llegar a acuerdos definitivos con Estados Unidos.

La Unión Europea (UE) y gran parte de la comunidad internacional, salvo Israel y Arabia Saudí, aliados de EEUU en Oriente Medios y enemigos acérrimos de Irán, están en contra de esta decisión unilateral de Washington, la cual puede minar esta cita, única e histórica, entre Corea del Norte y EEUU y que ha originado ciertas dudas sobre la verisimilitud de lo que pueda pactarse y posteriormente cumplirse.

Corea del Norte ya ha advertido a EEUU sobre los peligros de «manipular la opinión pública» al afirmar que la voluntad de desnuclearizarse expresada por Pyongyang tras su reciente cumbre con Seúl «es el resultado de la presión y las sanciones» impulsadas por la Administración Trump.

El régimen norcoreano viene advirtiendo a EEUU de no debilitar el ambiente de diálogo generado de cara a la cumbre que los dos gobernante celebrarán próximamente, y de ahí la recomendación de Pyongyang que es mejor abstenerse de palabras y acciones que puedan dañar el buen momento excepcional generado para las conversaciones entre los dos países.

El diario oficial Rodong Sinmun señala: “Estados Unidos debería esforzarse en mostrar actitudes sinceras y genuinas a la altura de las actuales circunstancias».

Pero lo que si es cierto que lo ocurrido con Irán, aliado de Corea del Norte, país que ha suministrado material radiactivo a Teherán, no ayuda para nada en fabricar confianza en la península coreana, en especial cuando aún no es total y todavía no hay una agenda global para el éxito de la cumbre entre los dos países, y más sabiendo que existen demasiados intereses de tipo militar que podrían salir muy perjudicados con un gran pacto nuclear norcoreano.

La decisión de Trump de romper el acuerdo nuclear con Irán servirá al régimen norcoreano para considerar a Estados Unidos como un país no fiable de negociar (en caso de fracasar la cumbre) el programa nuclear de Corea del Norte, país que tiene cada vez más respaldo de China, cuyo presidente, Xi Jinping, se ha vuelto a ver por segunda vez con Kim Jong-un esta misma semana para empujar y asegurar el éxito del encuentro entre Pyongyang y Washington.

Corea del Norte siempre ha defendido a Irán sobre las presiones estadounidenses a Teherán y alabó el programa de misiles de la República Islámica de Irán que consideraba sus actividades nucleares como en defensa de su soberanía nacional.

Tanto Irán como Corea del Norte han sido objeto de las sanciones de Estados Unidos, y en el caso iraní, Trump ha tratado de restringir el programa de misiles, al alegar que viola el acuerdo nuclear.

Sin embargo, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ya ha confirmado que  Irán sigue cumpliendo el acuerdo nuclear firmado con seis grandes potencias y del que el presidente Donald Trump ha decidido la retirada estadounidense. «A día de hoy, el OIEA puede confirmar que los compromisos nucleares están siendo implementados por Irán», indicó en un comunicado el director del organismo, el japonés Yukiya Amano.

Pese a esta nueva situación de Trump con Irán, la realidad vigente en península coreana sigue su curso tras un acercamiento entre ambas Coreas y la prevista cumbre entre Estados Unidos y Corea del Norte, para finales de mayo, con el objetivo de llevar a cabo la desnuclearización del país.

Las perspectivas siguen siendo optimistas y ahora tras la liberación de los tres estadounidenses que estaban presos en Corea del Norte, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha considerado un «gesto positivo de buena voluntad» la actitud de Pyongyang que contribuirá al éxito de la cita histórica entre ambos países.

Irán ha dejado claro en varias ocasiones que las armar nucleares deben desaparecer de la península de Corea, en referencia tácita al programa nuclear norcoreano, unas declaraciones efectuadas en mayo de 2016 cuando la entonces presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, visitó Teherán, y que al mismo debían haber servido a EEUU para dejar de presionar al régimen iraní.

Corea del Norte puede sentirse desconfiada con la actitud de Trump sobre Irán, un choque frontal, pues nunca una administración estadounidense había roto un acuerdo de estas características y más cuando la comunidad internacional, con la UE a la cabeza, ha advertido de las graves consecuencias a EEUU de esta “brutal” decisión con graves repercusiones mundiales en todos los aspectos.

Trump trabaja en las intuiciones, no en la realidad de la diplomacia mundial, pero todo hace suponer que no debería peligrar la cita histórica entre EEUU y Corea del Norte, pero son políticas de consumo interno, de hecho el presidente estadounidense mantiene sus mismos votantes, pero la aberración de eliminar –como el acuerdo con Irán- todo lo hecho bajo el mandato de Obama está trayendo graves consecuencias mundiales.

Corea del Norte e Irán han sido aliados tecnológicos desde hace décadas. Ya en los años 80, Teherán importaba misiles y tecnologías balísticas de Pyongyang, luego que Rusia y China redujeron el flujo de tecnología a los iraníes, entonces el régimen norcoreano se constituyó en la fuente principal de la tecnología de misil balística y de componentes de Teherán.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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