La mejoría de la situación económica en Japón

Madrid. Abenomics, el programa de estímulo lanzado por el primer ministro nipón, Shinzo Abe, pese a que se atisban nuevos elementos de mejora, vuelve a estar en cuestión en el inicio del nuevo ciclo económico, el pasado 1 de abril, al no cumplir las expectativas de crecimiento que Abe se propuso hace ya tres años para volver al crecimiento económico.
Abenomics se compone de tres ejes: una política fiscal flexible que le permita expandir la inversión pública, para lo que se propuso introducir un estímulo monetario que equivale a casi el 3 por ciento del PIB de Japón, 12,1 billones de yenes (95.781 millones de euros), según hizo saber recientemente el ministro de Finanzas, Taro Aso, el 80 por ciento de los cuales se ejecutarán en la primera mitad del ejercicio.
En segundo lugar la mejora de las exportaciones, mediante la devaluación del yen frente al dólar, lo que, en definitiva, ha hecho aumentar las exportaciones, aunque probablemente no ha satisfecho del todo las expectativas, en parte por la bajada del precio de las materias primas, porque el dólar se ha abaratado respecto al yen y por la ralentización de la economía china.
Y, en tercer lugar, el aumento de los impuestos al consumo en dos etapas, una del 5 al 8 por ciento, en 2014, y otra, que parece que se va postergando, del 8 al 10 por ciento. Con el aumento de este impuesto, podría llegarse al 2 por ciento de inflación que el Banco de Japón (BoJ) considera necesario para no caer en la deflación y proporcionar mayor confianza a las empresas, y a las familias con el fin de aumentar el consumo doméstico.
Por otra parte, Abe realizó una ronda de consultas a varios economistas de prestigio mundial, como John Stiglitz, Paul Krugman, ambos ganadores del Nobel de Economía y Dale Jorgenson, de la universidad de Harvard, con el fin de obtener fundamentos más sólidos para su política fiscal y, sin duda, con la perspectiva de la cumbre del G-7 en mayo.
Aunque no está claro que Abe quisiera que se hiciera público, Paul Krugman utilizó Twitter para relatar su conversación con el primer ministro entre las cuales éste le habría pedido consejo a Krugman sobre cómo convencer a la canciller alemana, Angel Merkel, para adoptar también una política fiscal más flexible o si Krugman pensaba que un aumento en la inversión en vivienda y educación para los refugiados haría más eficaz la política fiscal de Alemania.
El propio Krugman en su respuesta a la primera de estas preguntas es que le parecía difícil que Merkel flexibilizara su política fiscal, ya que está preocupada por otros asuntos además de éste; luego en cuanto a la eficacia de un aumento de la inversión en vivienda y educación para hacer frente a la crisis de los refugiados, habría opinado que sin duda le parecía un estímulo, pero no de una importancia destacable. Es muy poco frecuente que este tipo de encuentros entre Abe y expertos en diversos ámbitos se hagan públicos en Japón.
A este respecto, Yoshihide Suga, secretario del Gabinete, le restó veracidad al responder en rueda de prensa que lo escrito por Paul Krugman no constaba en ningún documento del gobierno.
Uno de los elementos de más trascendencia a la hora de conseguir mayor crecimiento económico, que no está relacionado sólo con la renta disponible de las familias y por lo tanto con el consumo, es la confianza del empresario, que se mide en el TANKAN de los términos TANKI KEIZAI KANSOKU CHOUSA en español Encuesta Coyuntural Económica a las Empresas (España sigue un modelo de medición idéntico al japonés que en España cuelga el INE en su página web como ICEA o ICECA), según el ámbito territorial al que se refiera).
Los últimos datos oficiales señalan que las empresas exportadoras japonesas calculan una caída del 3,5 por ciento en sus beneficios en 2015 y, en términos generales, este índice expresa una reducción de la inversión de casi el 1 por ciento de media para el ejercicio iniciado el pasado 1 de abril, aunque, si creemos al ministro Taro Aso, esta reducción no se producirá en virtud de los 12,1 billones de yenes que se dedicarán a la construcción de obras públicas en los próximos seis meses.
Japón busca toda clase de alternativas para relanzar el crecimiento, pero el Ejecutivo japonés acelerará el gasto en obras públicas previsto en su presupuesto para el recién inaugurado año fiscal en aras de estimular la recuperación económica, resalta Aso.
En lo que se refiere a los salarios, se ha producido una subida nominal de casi un 1 por ciento, si no tenemos en cuenta el IPC, en el pasado mes de febrero y si se cumple una de las medidas propuestas a finales de 2015, el salario mínimo experimentará, si no lo rechazan los empresarios, una subida del 3 por ciento.
No obstante, hay que tener en cuenta que el desempleo ha subido también en febrero hasta el 3,3 por ciento, es decir, 2.130.000 desempleados, frente a un aumento de 290.000 empleados respecto a febrero de 2015.
En realidad, no puede negarse que Abe y su gobierno están haciendo un importante esfuerzo para sacar la economía del estancamiento, pero además de los tipos de interés negativos, es todavía necesario hacer mayores inversiones de capital y mayores subidas salariales que contribuyan a aumentar el consumo, para poder afirmar con rotundidad que el programa Abenomics puede sacar a la economía japonesa de su estancamiento.
En definitiva, la evolución de los salarios es una métrica clave para comprobar la efectividad del llamado Abenomics, el programa monetario y fiscal expansivo del Gobierno nipón que aspira a relanzar la tercera economía mundial y poner fin a la espiral de bajo crecimiento y baja inflación en la que está inmersa desde hace casi dos décadas, pero que de momento no ha dado los resultados esperados.