Kim Jong-un suspende sus ensayos nucleares para “garantizar” el éxito de sus citas históricas
Madrid. La suspensión de los ensayos nucleares y de misiles de Corea del Norte, además del cierre de instalaciones de pruebas nucleares es una prueba más de que en esta ocasión el régimen comunista quiere asegurar el éxito de sus dos citas históricas, la primera con Corea del Sur, el 27 de abril, y luego en junio con Donald Trump, en un cambio de estrategia política que puede también suponer una nueva situación en la península coreana, dividida desde 1948.
El primer éxito previo a estas dos citas ha sido cuando las dos Coreas quedaron conectadas por una línea telefónica directa que facilitó la comunicación entre el presidente surcoreano, Moon Jaen-in, desde la Casa Azul presidencial, con la Comisión de Asuntos Estatales de Pyongyang, que dirige Kim Jong-un.
Este anuncio de Corea del Norte también ha sido corroborado por Moon al señalar que “Pyongyang está dispuesta a llevar a cabo una desnuclearización completa, y no ha puesto ninguna condición que Estados Unidos no pueda cumplir, como habría sido el repliegue de las tropas desplegadas en Corea del Sur». «Lo único que pide es el cese de hostilidades contra el Norte, así como una garantía de seguridad», añadió la Casa Azul.
Pese a esta inesperada decisión de Corea del Norte, cuya desnuclearización parece condición obligatoria para ahondar en el acercamiento que se inició el pasado 1 de enero con el discurso de Año Nuevo que pronunció Kim, y luego con su participación en los JJOO de Pyeongchang en febrero, hay que resaltar que, por un lado, las sanciones económicas al país han hecho mucha mella, han creado una precariedad económica aún peor de lo ya había que afecta al mínimo funcionamiento del país.
Y, por otro, además de la presión de China, Trump no era de fiar ante el reto constante de Pyongyang en el lanzamientos de misiles y podría dañar sus instalaciones nucleares, aunque ello hubiera sido el detonante de otra crisis teniendo en cuenta la reacción que habrían tenido China y Rusia, pero aún así Kim, que se arriesgó mucho con sus amenazas nucleares, y al final ante cualquier hipótesis el cambio radical del líder norcoreano puede ser histórico para la península coreana y más cuando el propio régimen acude a estas citas con la “seguridad” de que ya ha logrado un alto perfeccionamiento en su desarrollo nuclear, lo que pretendía para tratar de igual a igual a Estados Unidos.
Empieza una nueva etapa, una nueva realidad que llevará tiempo, un cambio nunca visto desde 1948, una situación que obligará a Corea del Norte a efectuar movimientos internos y sociales, para ir acoplando las nuevas infraestructuras que surjan de estos dos encuentros a un nuevo país que genere confianza a la comunidad internacional y sobre todo a sus vecinos como Corea del Sur, dispuesta a ayudarla económicamente, Japón que tendría que cambiar su política de defensa si al final desaparece el peligro nuclear y China, que ve con buenos ojos que el régimen haga cambios al estilo chino o vietnamita para asegurar el régimen norcoreano.