Hiroshima y Nagasaki conmemoran el 75 aniversario de la bomba atómica

Nagasaki.
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Madrid. Al igual que años anteriores tanto Hiroshima como Nagasaki conmemoran en agosto el lanzamiento de la bomba atómica sobre estas dos ciudades niponas, en esta ocasión recuerdan el 75 aniversario de un episodio inhumano y trágico que marcó el porvenir de Japón tras un ataque nuclear de EEUU que destrozó ambas urbes y sembró a lo largo de los años graves secuelas a causa de una radiactividad cruel que condicionó la vida de sus poblaciones.

A las 08:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945, marcando el momento exacto en que cayó la bomba atómica sobre Hiroshima, las campanas suenan en los templos, las sirenas gimen por toda la ciudad y los ciudadanos observan un silencio solemne en este memorial.

Recuerdan las 140.000 vidas humanas perdidas, ya sea el día del bombardeo o en los meses siguientes, y los numerosos supervivientes de la bomba atómica que aún sufren sus efectos no pueden olvidar ni dejar de sentir el gran horror de las armas nucleares y la esperanza de un mundo limpio de armamento nuclear.

El 9 de agosto, a las 11:02 de la mañana, tres días después del bombardeo nuclear más brutal de la historia, Nagasaki también recibió ese castigo de Estados Unidos con 80.000 fallecidos, una “salvajada humana” que nunca más debe repetirse.

El 15 de agosto de 1945 Japón anunció su rendición incondicional frente a los “aliados”, haciéndose oficial el 2 de septiembre con la firma del acta de capitulación y con ello la rendición de Japón, que supuso el fin de la “Guerra del Pacífico” y, por consiguiente, de la Segunda Guerra Mundial.

Japón ha sido el único país que ha sufrido un ataque nuclear. En este 75 aniversario de las bombas que destrozaron Hiroshima y Nagasaki su recuerdo sigue atormentando a miles de sobrevivientes que reclaman la abolición de las armas atómicas, un aniversario que se celebra sin haber entrado todavía en vigor el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares, que firmaron 122 países el 7 de julio de 2017 pero que necesita ser ratificado por al menos 50, y hasta ahora solo llegan a 40.

Los actos en Hiroshima como los de Nagasaki estarán condicionados a la pandemia del coronavirus y con un menor número de asistentes.

La bomba de Hiroshima acabó con la vida de 140.000 personas, el 30 por ciento de su población, que se vio inmersa en una feroz lucha contra la posterior radiactividad, una ciudad que vivía en relativa calma y que era una base de abastecimiento y logística para el Ejército imperial japonés.

Por su parte, Nagasaki ha sido durante siglos uno de los puertos más importantes del sur de Japón y tuvo gran importancia durante la Segunda Guerra Mundial por su actividad comercial, que incluyó producción naviera, de artillería y otro equipamiento militar y cuyo ataque atómico llegó a provocar la muerte de unas 40.000 personas, aunque luego la cifra se elevaría, según distintas fuentes, a 80.000 los fallecidos.

«No podemos repetir jamás las tragedias de Hiroshima y Nagasaki», afirmó el primer ministro nipón, Shinzo Abe, para recordar estos ataques. 

El tiempo no se detiene y menos en estas dos ciudades niponas cuando ahora hace 75 años desde que los bombarderos estadounidenses Enola Gay y Bockscar arrojaran sobre Hiroshima (6 de agosto) y Nagasaki (9 de agosto) las primeras, y hasta ahora únicas, bombas nucleares usadas contra civiles.

Tras el ataque atómico, las dos ciudades tuvieron que sufrir otro duro infierno con la radiación, lo que supuso que sus efectos provocará miles de muertes y secuelas trágicas para la vida de los ciudadanos de estas dos emblemáticas urbes, referencias absolutas de lo que hace un ataque nuclear y de la importancia de erradicar de forma definitiva las armas nucleares.

Mientras la economía mundial a causa de la pandemia del coronavirus ya sufre una “recesión” que frenará el desarrollo social, los gastos militares mundiales aumentaron un 4 por ciento en 2019, con China y EEUU en la pugna por ver quién invierte más, la Rusia de Vladímir Putin ya tiene lista su primera arma hipersónica, conocida como Avangard, capaz de superar 27 veces la velocidad del sonido y que puede esquivar cualquier tecnología de defensa actual.

EEUU y Rusia siguen sin firmar sus rebajas de arsenales nucleares sobre el Nuevo START, que expira en febrero de 2021 y los nueve países con armamento nuclear (Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte) tenían en 2019 en conjunto 13.865 ojivas nucleares y en 2020 las han reducido hasta situarse en la cifra de 13.400. Aun así, la carrera armamentística parece ser que no tiene fin o tendrá que ocurrir otra bestialidad como la de Hiroshima y Nagasaki para “concienciarnos” de sus letales efectos.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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