La isla de Hashima, nuevo enfrentamiento por la memoria histórica entre Japón y Corea

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Madrid. Corea del Sur lleva décadas pidiendo una respuesta de Japón ante los sucesos ocurridos en la época de la colonización japonesa en la península coreana (1910-1945), generando así tensiones entre ambos países. No obstante, en medio de la disputa comercial entre Corea del Sur y Japón, el reclamo por la memoria histórica surge de nuevo a causa de la isla de Hashima.

Sin embargo, esta vez no se habla de las mujeres de consuelo, las cuales han sido las más reivindicadas por los abusos que sufrieron, sino que en esta ocasión se conmemora la memoria a las víctimas del trabajo forzado y en concreto la isla de Hashima como un nuevo foco de tensiones por la memoria histórica entre los dos países.

Por este motivo, Corea del Sur ha reivindicado ante la Unesco el incumplimiento de Japón de honrar a las víctimas que sufrieron en Japón durante la época colonial, ya que numerosos coreanos fueron llevados a Japón en aquel periodo para realizar trabajos forzados.

El diputado del gobernante Partido Democrático Jeon Yong-gi anunció en junio que el Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo de Corea del Sur enviaría una carta a la Unesco para solicitar la eliminación de los sitios industriales históricos de Japón de la lista de lugares que son Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Esta reclamación ha surgido debido a la apertura de un nuevo Centro de Información del Patrimonio Industrial en Tokio, en el cual se muestran las islas citadas por la Unesco. No obstante, Japón no ha cumplido su promesa de honrar a las víctimas coreanas ya que no son mencionadas en la información del nuevo centro.

Cuando se incluyeron esos lugares en la lista de Patrimonios en el 2015, Japón se comprometió a establecer el centro para recordar a las víctimas. Así, de los 23 sitios industriales de la era Meiji (1868-1912) que se utilizaron para el trabajo forzado se encuentra la famosa isla de Hashima.

La isla de Hashima, asimismo conocida como Gunkanjima, es, al mismo tiempo, conocida por ser la “isla del Acorazado”, llamada así por su forma similar a un buque de guerra y por sus altas murallas que la rodean para protegerla del oleaje y los tifones.

La historia de la isla se remonta a 1890, ya que hasta entonces había estado despoblada, pero debido a la potencial explotación de carbón, la compañía nipona Mitsubishi (fundada en 1870) compró la isla en 1887 y abrió una mina de carbón.

Esta pequeña isla llegó a albergar los primeros edificios de hormigón armado de Japón en 1916 para acoger a los trabajadores, y por ello fue el lugar con mayor densidad de población del planeta en 1960, ya que convivían más de 5.000 personas en sus 480 metros de largo y 150 de ancho. 

De ahí, que no llegaron a circular coches por sus calles por la falta de espacio. No obstante, tenían lo necesario para vivir allí, desde colegios y hospitales, hasta tiendas y salas de juego para el ocio. Lo único que les faltaba eran parques, ya que tuvieron que aprovechar el espacio para las construcciones de hormigón.

Debido a la Segunda Guerra Mundial, con la alta demanda de carbón, su producción llegó a su máximo histórico. No obstante, a causa de las bajas humanas ocasionadas por la guerra, el gobierno japonés obligó a prisioneros coreanos y chinos a cubrir estos puestos.

Numerosos trabajadores habían muerto en la isla en agosto de 1945 como consecuencia de las pésimas condiciones de vida y falta de alimentación, ya que las causas de muerte de este colectivo en la isla eran mayoritariamente por los accidentes subterráneos, enfermedades por agotamiento y desnutrición.

La isla de Hashima, que de la nada pasó a ser una gran urbe, era llamada por los coreanos como “la isla del infierno”, ya que entre 500 y 800 coreanos fueron forzados a trabajar allí y se contabiliza que de ellos murieron unas 120 personas, que trabajaban doce horas al día, y algunos de ellos murieron intentando escapar de allí.

De esta forma, cuando frenó la actividad minera y Mitsubishi cerró la mina en 1974, la isla se quedó totalmente despoblada. No era un lugar muy agradable para vivir sumando a la falta de espacio y zonas verdes un 95 por ciento de humedad en el ambiente.

La isla perteneció a Mitsubishi hasta el año 2002, cuando se la cedió a la ciudad de Takashima (actualmente Nagasaki). Desde entonces se empezó a usar como reclamo turístico con viajes en barcos desde Nagasaki, a unos 20 kilómetros. También ha sido famosa por ser el escenario de la película Skyfall de la saga de James Bond.

Por otra parte, Japón llegó a admitir que hubo trabajos forzados en la isla. Pero el pasado mes de junio Corea del Sur volvió a reivindicar este suceso ante la ONU dado que Japón se comprometió a enseñar lo que pasó allí, pero a día de hoy ha dado otra imagen.

Corea del Sur ha insistido en numerosas ocasiones en el reconocimiento de los coreanos que estuvieron sometidos a condiciones adversas en la isla. No obstante, es de destacar que en 2017 se estrenó la película Battleship Island, la cual cuenta esta historia. La cinta llegó a ser una de las películas más taquilleras de ese año y para su producción tuvo uno de los mayores presupuestos en la historia del cine surcoreano.

A su vez, China también ha pedido el reconocimiento a sus trabajadores en la isla, siendo contabilizados como 204 personas en el periodo comprendido entre 1932 y 1945, pero llegaron a un acuerdo con Mitsubishi para colocar una estela conmemorativa y la aportación de una compensación a los obreros chinos que trabajaron en las instalaciones mineras japonesas. No obstante, la Asociación China del Trabajo Forzado también espera una respuesta desde el propio gobierno japonés.

Pilar Calatayud Hernández

Graduada en Lenguas Modernas y sus Literaturas, Máster en La UE y el Mediterráneo en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Estudiante del idioma y la cultura coreana e investigadora de temas relacionados con la península.

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