Corea del Norte amenaza con una nueva prueba nuclear si la ONU aprueba resolución de violación de D. Humanos

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Madrid. Corea del Norte no quiere que nadie se inmiscuya en sus asuntos internos, pero con la reciente aprobación de una resolución de la ONU que busca juzgar sus “crímenes contra la humanidad” en la Corte Penal Internacional (CPI) han saltado las alarmas en Pyongyang y el régimen de Kim Jong-un amenaza en realizar una nueva prueba nuclear en caso de que al final el plenario de las Naciones Unidas ratifique esta resolución.

El régimen norcoreano considera la resolución aprobada el día 18 como «un acto de agresión de EEUU.» que «no nos permite abstenernos de realizar un nuevo ensayo nuclear», resaltó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Norte, que agregó que “esta resolución sólo busca derrocar al Estado socialista», cuyo Gobierno amenaza en «intensificar su capacidad militar», dice la agencia estatal KCNA.

La diplomacia norcoreana se puso de inmediato a funcionar y así el reciente viaje a Rusia del considerado número tres del régimen de Corea del Norte, Choe Ryong-hae, quien fue recibido por el presidente Vladimir Putin, buscaba, entre otros objetivos, la del veto ruso cuando en diciembre la ONU se pronuncie sobre la violación de los derechos humanos del régimen norcoreano o para compensar el enfriamiento de las relaciones entre Pekín y las autoridades norcoreanas.

Lo que está claro que no es muy usual que las autoridades norcoreanas hagan visitas oficiales a países extranjeros, aunque Choe ya ha viajado el pasado año a Pekín y se entrevistó con el presidente chino, Xi Jinping.

Pyongyang podría considerar a Moscú un importante aliado en la ONU para evitar que salga adelante una resolución de la Unión Europea (UE) y Japón que pretenden llevar a la Corte Penal Internacional (CPI) las violaciones de los derechos humanos del régimen de Kim Jong-un.

China, por su parte, aliado de Corea del Norte, posiblemente vete esta resolución de la ONU, y considera que llevar los supuestos crímenes contra la Humanidad cometidos por el régimen norcoreano ante el CPI, no ayudará a resolver la situación, pero Pyongyang aún sabiendo lo que puede hacer Pekín, este viaje de Choe a Moscú tiene su objetivo en fortalecer el acercamiento entre Rusia y Corea del Norte como resultado de los esfuerzos del aislado régimen de Kim Jong-un para reducir su dependencia económica de China.

La comisión encargada de derechos humanos de la ONU aprobó el pasado día 18 una resolución no vinculante para solicitar que se lleve esta situación ante la CPI, con 111 votos a favor, 55 abstenciones y 19 en contra, entre ellos, los de Rusia y China.

No obstante, la iniciativa de la comisión busca en última instancia llevar el caso ante la CPI, pero es algo que solo podría hacerse a través del Consejo de Seguridad de la ONU, ya que Pyongyang no ha firmado el Estatuto de Roma para aceptar la jurisdicción del tribunal y en el caso de que llegue al Consejo lo obvio es que China y Rusia utilicen su derecho de veto para evitar que se juzguen en La Haya (sede del CPI) las violaciones de derechos humanos del régimen de los Kim.

El informe, entre otras cosas, señala que unas 120.000 personas permanecen recluidas en campos de trabajos forzados en diversas áreas del territorio norcoreano, pero Corea del Norte hasta ahora no ha permitido a los inspectores acceder al país para observar in situ la situación, siempre ha mantenido que los informes sobre derechos humanos en su país son inventados y buscan favorecer los intereses políticos de EEUU.

Corea del Norte volvió a insistir en sus críticas al informe y aseguró que no es «creíble», ya que los inspectores o expertos nunca visitaron el país y basan sus conclusiones en testimonios de «desertores».

No obstante, Pyongyang ha mostrado por primera vez su disposición a cooperar con la ONU e invitando a dos de sus  representantes a visitar el país para analizar la situación de los derechos humanos sobre el terreno, pero que nunca se producido, y esta nueva resolución por la violación de los derechos humanos es una “incomodidad y afrenta” para el régimen norcoreano que ve que la comunidad internacional le pisa los talones y que su política actual no le abre las puertas pese al posible veto de Rusia y China en la resolución final de las Naciones Unidas.

Hay que resaltar que la UE como impulsora del texto ya constató que se trata de la décima ocasión en que la Asamblea Nacional de la ONU muestra su preocupación por la situación en Corea del Norte y defendió la necesidad de que todos sus responsables rindan cuentas ante la Justicia Internacional.

Corea del Norte tiene que cambiar su política, así como poner fin a su programa nuclear, no puede seguir ignorando la realidad internacional y tiene que realizar reformas económicas que beneficien al desarrollo de los 24 millones de ciudadanos norcoreanos.

Las declaraciones del ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, tras reunirse en Moscú esta semana, con Choe Ryong-hae, en el sentido de que Corea del Norte está dispuesta a reanudar las negociaciones (conversaciones) a seis bandas (China, Rusia, EEUU, Japón y las dos Coreas), suspendidas desde 2008, para poner fin al programa nuclear norcoreano, puede ser un buen principio pero sin solidez en las iniciativas de Pyongyang la solución al problema nuclear no tendrá solución.

Santiago Castillo, periodista, escritor, director de asianortheast y experto en la zona

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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