China empieza a salir de su ocaso en plena disputa con EEUU por el origen del coronavirus

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Madrid. Cuando todo parecía que el entendimiento entre China y EEUU estaba más cerca que nunca para solventar parte de la guerra comercial entre las dos máximas potencias del mundo, llega el coronavirus con un hundimiento brutal en las economías y al mismo tiempo se recrudece el enfrentamiento chino-americano por el control de ser el primero en lograr una vacuna contra el virus pero con acusaciones mutuas sobre el origen del mismo.

Mientras China empieza a vislumbrar una realidad imposible hace unas semanas, cuando ya se cumplen dos meses del decreto de cuarentena de la ciudad china Wuhan, epicentro de la  pandemia, y a la vez se siente más seguro en ayudar al resto del mundo, EEUU ya registra casi 33.000 casos con casi 500 muertos, lo que sitúa al país en el cuarto puesto en las estadísticas mundiales de contagios por debajo de China, Italia y España.

La vida mejora en China, se ve más gente, la confianza aparece, los ruidos empiezan a oírse  tímidamente de un país cuya ciudadanía está habituada a pulular por todas partes, aunque sin descuidar los rigores de mantenimiento en la lucha contra la pandemia, una pandemia que hará más fuerte a los chinos, pero sobre todo al presidente Xi Jinping, quien ya sonríe ante una inminente victoria contra el virus y en especial fortalecerá al Partido Comunista de China(PCCh), columna vertebral del control del Ejecutivo del “gigante asiático”.

Está victoria “a priori” contra el coronavirus ya está haciendo de China un país imprescindible ofreciendo su ayuda a terceros como Italia y España, pero su oponente por ser número uno mundial, Estados Unidos, le acusa de ser el origen del virus, y ahora luchan por haber quién logra primero la vacuna contra la pandemia, la cual fue calificada por Donald Trump como el “virus chino” que ha originado un enconamiento muy fuerte entre los dos países con la expulsión de varios corresponsales estadounidenses en Pekín.

Lo que es evidente es que si ya la recesión no tiene vuelta atrás, la incertidumbre irá en aumento con grandes consecuencias para el resto del mundo, pues al margen de cualquier otro pensamiento ideológico otra “guerra” entre Pekín y Washington, tras una deseada vuelta a la normalidad después de superar el coronavirus, traerá más parálisis en la economía mundial y ambos países, motores de la actividad económica, necesitan la recuperación y la estabilidad para beneficio de todos y la calma de los mercados, pues la guerra comercial ya originó graves daños.

De momento, habrá que esperar cómo llega esta “victoria contra el coronavirus” para comprobar el estado de aceptación hacia el presidente Xi, sobre todo cuando en la redes aún pervive los graves fallos que hubo en los inicios para combatir el virus con un gran silencio y ocultando las denuncias de médicos que advertían de la gravedad de la pandemia.

Obviamente la operatividad y eficacia sobre la gestión que haga Estados Unidos en su lucha contra la pandemia, la cual Trump la infravaloró, y otros países, también tendrá sus consecuencias en el país, pero China recibe cada vez más elogios como los del presidente serbio, Aleksandar Vucic, que ha dicho que “los chinos son los únicos que pueden ayudarnos” o la del ministro del interior checo, Jan Hamacek, al manifestar que “China es el único país capaz de suministrar mascarillas a Europa en tal cantidad”.

Lo que está claro que en esta guerra contra la pandemia, la cual marcará una nueva etapa en la vida mundial, y guste o no guste, cada vez hay más países que reconocen los métodos chinos, en su lucha contra el virus, pero de momento EEUU y su presidente Trump no lo valoran y continúan desacreditando en todos sus aspectos a China y eso sí sin olvidar a un país modélico como Corea del Sur, que desde el principio fue eficaz en su lucha contra el coronavirus con resultados espectaculares que también ha servido de referencia a medio mundo.

Sin embargo, la realidad es la que es y, de momento, las cifras son espeluznantes, aunque con la esperanza que en las próximas semanas la pandemia vaya remitiendo, pero actualmente hay 167 países afectados, más de 340.000 contagios, casi 15.000 fallecimientos y al menos 99.000 personas que han logrado curarse del COVID-19, la enfermedad generada por el coronavirus.

China sigue siendo el país más afectado, con 81.454 personas contagiadas, 3.274 víctimas mortales y 72.817 personas curadas, mientras Italia continúa en segunda posición, con 59.138 contagios, 5.476 víctimas mortales y 7.042 personas recuperadas, luego le sigue Estados Unidos, que este fin de semana ya ocupa el tercer país más afectado por la pandemia, con un total de 35.224 casos y 471 víctimas mortales y ya en cuarta posición se ubica España, con 28.768 positivos, 1.813 muertos y 2.575 personas recuperadas, según datos oficiales.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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2 Respuestas

  1. Ricardo Santiago dice:

    En esta guerra bacteriologica, China está ganando la primera batalla, pues se ha anticipado, poniéndose al frente en el suministro de material sanitario para aquellos países afectados. De cara a la opinión pública, China empieza a ser nuestro principal aliado, en detrimento de los EEUU, que nos ha dado la espalda por completo. Esto no significa que la guerra la haya perdido EEUU, aún quedan muchas batallas por dilucidar.

  2. Marcelo muñoz dice:

    Hay que hablar delnro de afectados x millon de habitantes. Chona esta muy por detras de ee.uu italia españa francia alemania….

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