Una victoria del favorito Moon Jae-in puede traer calma a la península coreana y preocupación en la oposición

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Seúl. Una victoria del líder del Partido Democrático, Moon Jae-in, (Minjoo-centro izquierda), en las elecciones presidenciales de Corea del Sur del 9 de mayo, podría calmar al menos momentáneamente la enorme tensión que vive la península coreana, dado que Moon quiere dialogar con Corea del Norte de una forma menos tensa que su predecesora, pero sobre todo con China que con su rechazo a la instalación de los misiles THAAD la economía surcoreana se ha visto fuertemente perjudicada.

Sin embargo, la situación no será fácil ya que al ser sólo elegido el presidente de la nación, se mantiene la estructura actual del Parlamento, cuyas elecciones para la cámara legislativa serán en tres años, es decir, ahora tanto Ahn Cheol-soo (centro), del Partido Popular (Kookmin), y Hong Jun-pyo (conservador), del gobernante Partido de Libertad Surcoreana, antes conocido como Saenuri, han mostrado su inquietud por los planes que quiere hacer Moon Jae-in.

El Parlamento (compuesto de 299 diputados) quedó roto tras la destitución de la expresidenta Park Geun-hye, que origino que 32 diputados gubernamentales se dieran de baja en el partido del gobierno, de los que ahora al parecer 12 quieren volver pero no han sido, de momento, aceptados en el actual Partido de Libertad Surcoreana, lo que origina una situación realmente compleja para el nuevo presidente que no tiene una mayoría parlamentaria para llevar a cabo sus proyectos, entre ellos un posible referéndum sobre la instalación de los THAAD, pero que los grupos conservadores se opondrían aunque eso sí, Corea del Norte prefiere antes a Moon que a Ahn Cheol-soo o Hong Jun-pyo .

Además, Moon Jae-in quiere hablar con China para arreglar una situación delicada que está perjudicando a la economía surcoreana, tras las quejas de Pekín en contra de estos misiles que ha hecho que el “gigante asiático” cierre tiendas surcoreanas en la capital china y haya descendido el número de turista chinos a Corea del Sur. China, los THAAD, las relaciones con Corea del Norte y con Estados Unidos serán claves en el nuevo gobierno que salga el 9 de mayo.

Mientras Corea del Norte acusó a la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA) y a los servicios de Inteligencia de Corea del Sur (IS) de organizar un supuesto plan para asesinar a su líder, Kim Jong-un, la Agencia estadounidense no se ha pronunciado sobre un plan para matar al líder norcoreano con sustancias químicas durante los actos con motivo del 105 aniversario del “Gran Líder”, Kim Il-sung, que fundo el país y lo gobernó hasta su muerte en 1994.

La acusación sobre la CIA y el plan para asesinar al líder norcoreano es muy difícil de verificar, sobre todo cuando los informes de los medios de comunicación sobre el régimen comunista están estrictamente controlados por la maquinaria de propaganda del Estado norcoreano y muy planificados siempre para favorecer la propia reputación del líder.

También es cierto que tampoco es la primera vez que se escucha un comunicado de esta circunstancia encaminado a asesinar a los dirigentes norcoreanos y amenazar la existencia del propio país, es decir, teniendo en cuenta el estado “prebélico” que vive Corea del Norte desde el final de la guerra civil (1950-53) todo puede servir para así reforzar aún más a Kim Jong-un.

La acusación se produce en medio de las crecientes tensiones sobre el programa nuclear de Corea del Norte, con Pyongyang lanzando una retórica más beligerante en su cada vez más tenso enfrentamiento con el gobierno de Donald Trump y retando al mismo tiempo a Corea del Sur, pero a la vez con serios choques con China, su siempre aliado, que ahora Pyongyang critica no sólo por su “tolerancia” hacia Washington sino por respaldar las sanciones de la ONU  al régimen norcoreano.

La península coreana vive desde hace meses una tensión que hacía años no se recordaba, un escenario que al parecer Kim Jong-un se mueve muy bien, y más calentando motores al realizar una inspección a los destacamentos militares en dos islotes del frente sudoccidental, los conocidos como Jangjae y Mu, situados cerca de la isla surcoreana de Yeonpyeong, la cual ya fue atacada por los cañones norcoreanos el 23 de noviembre de 2010 con el resultado de cuatro muertos que generó una crisis mucho más profunda que la que se vive ahora.

La Agencia Central de Noticias de Corea del Norte (KCNA) señaló que esta visita del líder norcoreano a los islotes es una prueba más de un plan para atacar a Corea del Sur, un ataque que con toda seguridad no se va producir, sobre todo por las graves consecuencias que ello acarrearía al régimen norcoreano, pero también cuando China ni está ni quiere meterse en un conflicto militar y no optaría por una guerra que desatara Pyongyang que no tiene la suficiente infraestructura para mantener una contienda de esta envergadura pese a su desarrollo nuclear y su buena artillería.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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