Taiwán vota a la independentista Tsai Ing-wen y origina más tensión con China

Madrid. La abultada victoria de la independentista taiwanesa Tsai Ing-wen, que renueva su segundo mandado como presidenta de Taiwán, no sólo consolida la democracia en la isla, sino que incrementará la tensión entre Taipéi y Pekín, que vio cómo su candidato prochino, el nacionalista del Kuomintang (KMT), Han Kuo-yu, se quedó con el 38,6 por ciento de los votos, frente al 57,1 por ciento de la actual jefa del Estado, del Partido Demócrata Progresista (PDP), en unos comicios avalados con la mayor participación democrática del país.
La aplastante victoria de Tsai Ing-wen, que tuvo hace menos de un año casi todo en contra para revalidar su Presidencia tras legalizar el matrimonio homosexual y reducir las pensiones a los veteranos del Ejército, se vio altamente favorita al confiar los taiwaneses en su gestión por las “presiones” de Pekín a la isla que la está dejando sin relaciones diplomáticas con terceros países y a las “fuertes” protestas desde hace más de siete meses de manifestaciones prodemocracia en Hong Kong la convirtieron en ganadora, en un triunfo electoral que simboliza a la ciudadanía frente a la amenaza de revertir la democracia taiwanesa por influencia de la República Popular China.
El optimismo de Pekín sobre su candidato Han fue siempre nítido cuando los sondeos le daban claro vencedor y con ello el sueño chino de unificar proyectos sobre Taiwán, pero las protestas en Hong Kong cambiaron todo el panorama político ante el temor de los taiwaneses de perder sus derechos democráticos con la influencia de la China continental, lo que originó que Tsai realizara una inteligente campaña electoral que le ha llevado a la victoria al decirle a sus electores que “es la única alternativa de hacer frente a la China continental”, que supone un serio revés para Pekín mientras las protestas en la antigua excolonia británica no cesan en este principio de 2020.
“Los resultados demuestran que, cuando la soberanía y la democracia se ven amenazadas, el pueblo taiwanés deja todavía más clara su determinación de preservarlas», sentenció Tsai tras la publicación de los resultados electorales.
Sin embargo, el resultado electoral no le saldrá gratis a Taiwán, que verá cómo Pekín incrementará su presión, que considera a la isla como provincia díscola que debe volver a su jurisdicción, sobre todo cuando China continental ya ha advertido que no permitirá que Taiwán se declare un Estado soberano independiente y que continuará buscando la «reunificación pacífica» de la isla con la República Popular con el modelo de «un país, dos sistemas» que aplica en Hong Kong y Macao, una tesis política que Taipéi rechaza constantemente.
El presidente chino, Xi Jinping, ha repetido en numerosas ocasiones de que ambas chinas (la República China -Taiwán- y la República Popular China -Pekín-), pero una vez más los taiwaneses han dejado claro que prefieren mantener el “status quo” actual y obviamente nadie pone en duda que la isla será un punto de fricción para un conflicto bélico entre China y EEUU, principal aliado militar de Taiwán, además de los litigios que aún existen entre distintos países que forman las islas del mar de China Meridional con clara oposición de Washington a su expansión.
Mientras la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, rechazó de nuevo nada más concluir la jornada electoral la reunificación de Taiwán, cuya soberanía China reclama desde la partición del país en 1949, la reelegida nueva jefa del Estado taiwanés, y viendo las presiones que seguirá teniendo por parte de Pekín, va a estrechar sus relaciones con EEUU y Japón para recuperar todo el espacio diplomático que ha ido perdiendo en los últimos años.
A Taiwán le quedan 15 aliados diplomáticos pero, sin embargo, pese a las tensiones entre ambas partes, en 2018 China fue el socio comercial número uno de Taiwán (24 por ciento del total de intercambios con el resto del mundo), y representó el 29 por ciento de las exportaciones y el 19 por ciento de las importaciones del país, según datos oficiales.
Para sus rivales, la victoria de Tsai traerá la “desgracia” a Taiwán y para sus seguidores es la única persona capaz de mantener el pulso a Pekín y con este concepto se inicia una nueva etapa en la isla que va a incomodar a las dos grandes potencias mundiales, EEUU y China.
De momento, China no va a tomar represalias militares pero sí que “Taiwán es ya el asunto más sensible para el presidente chino, Xi Jinping”, donde, por una parte, la situación de Hong Kong con “injerencias” de EEUU y, por otra, la enorme preocupación de las nuevas relaciones entre Taipéi y Washington con el triunfo de Tsai, pueden alterar diferentes estrategias del gobernante del “gigante asiático”.