Rusia no devolverá a Japón las islas Kuriles

Madrid. La reciente visita del ministro de Asuntos Exteriores japonés, Fumio Kishida, a Rusia, donde se reunió con su homólogo, Serguéi Lavrov, ha servido para certificar que por ahora Moscú no tiene planes de devolver las islas Kuriles a Japón, que pese a este grave obstáculo, el encuentro entre los dos cancilleres si ha contribuido a mejorar las relaciones entre los dos países.
Moscú vienen insistiendo en que para avanzar en ese terreno es necesario que Tokio reconozca la realidad derivada de aquel conflicto (Segunda Guerra Mundial), en referencia a los territorios que Japón reclama desde entonces a Rusia, cuyo titular de Exteriores reitera que “es un problema que heredamos de la contienda mundial, lo que genera el obstáculo más serio en el camino hacia su solución».
Tanto Rusia como Japón carecen de un tratado de paz desde el final de la Segunda Guerra Mundial (IIGM) y al mismo tiempo han estado enemistados durante mucho tiempo por causa de la disputa territorial relacionada con cuatro islas ubicadas en el Pacífico conocidas como Territorios del Norte en Japón y como Islas Kuriles del Sur en Rusia, lo que ha bloqueado el tratado de paz entre las dos naciones desde el fin de la IIGM.
Todo parece indicar que habrá el día 8 de octubre otra ronda de consultas para progresar sobre el tratado de paz, aunque en un principio Rusia si estará dispuesta a ofrecer a Japón dos de las cuatro islas Kuriles del Sur, las más pequeñas, es decir, Habomai y Shikotan, si renunciaba Tokio a su reclamación territorial sobre el resto del archipiélago, al menos esa era la intención Vladímir Putin, quien nunca ha visitado esa zona.
Putin siempre ha calificado de «incuestionable» la soberanía rusa sobre las islas Kuriles, pero al parecer se ha mostrado dispuesto a alcanzar una solución negociada que satisfaga a los pueblos y gobiernos de ambos países», de ahí que la visita de Fumio Kishida, a Rusia haya supuesto una buena oportunidad para mejorar la relación bilateral, que quedó dañada por las sanciones de Tokio –coordinada con EEUU y la UE- tras la anexión de Moscú de Crimea.
Incluso una mejora de las relaciones entre rusos y japoneses serviría al primer ministro japonés, Shinzo Abe, para preparar una de sus principales bazas en política exterior, ahora que su popularidad ha bajado a causa de la reforma militar, como es la de lograr antes de finalizar el presente año un viaje de Putin a Japón, que utilizaría Abe para sondear con el dirigente ruso esa posible devolución de dos de las cuatro islas y estudiar un tratado de paz, entre otros asuntos.
La vieja disputa sigue en pleno debate. Japón quiere la soberanía japonesa a cambio de paz y fin al conflicto, ofreciendo también ayuda económica Rusia, y Tokio sigue considerando que las Kuriles “forman parte ancestral e inalienable de su territorio» y vincula la solución de este problema a la firma del tratado de paz.
Pero por un lado, «las acciones unilaterales» rusas en las Kuriles, en clara alusión a la reciente visita a las islas del primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, que motivó en su momento una fuerte protesta de Tokio y, por otro, las maniobras militares rusas la pasada semana en esas aguas, que vienen reclamando Tokio, arrebatadas a Japón durante la IIGM, tampoco favorecen a ese tratado de paz que anhela Japón.
De momento, habrá que ver si se confirma la reunión del día 8 de octubre y al mismo tiempo si Abe convence a Putin para que visite Japón, entonces será otro escenario y veremos si estas islas, muy ricas en pescados, pero que hieren el orgullo nipón, algún día pueden volver a sus orígenes bajo la administración japonesa o habrá que seguir esperando nuevas estrategias políticas para al menos dos de las cuatro islas Kuriles vuelvan a suelo japonés.
Santiago Castillo, periodista, escritor, director de Asianortheast.com y experto en la zona