El nuevo impulso de la economía china y sus efectos en el mundo

Li Keqiang, primer ministro chino. Foto wikipedia
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Madrid. El primer ministro chino, Li Keqiang, ha pedido un mayor esfuerzo a las empresas chinas para mejorar la economía del país a través del comercio exterior, ya que la estabilidad como la fortaleza del comercio exterior del país son cruciales para la evolución de la economía de China.

La débil demanda global junto con la disminución del consumo interior han hecho caer el comercio exterior un 7 por ciento el pasado año, que se tradujo en una caída de un 1,8 en las exportaciones y de un 13,2 por ciento de las importaciones, aunque en el mes de marzo las exportaciones han vuelto a la senda positiva.

De esta forma, Li ha pedido a las instituciones financieras que refuercen su apoyo a las empresas dedicadas a este sector de la economía y ha asegurado que el comercio electrónico transfronterizo se verá reforzado con el objetivo de potenciar la presencia de las empresas chinas en el exterior, además de anunciar que se pondrán en marcha políticas “proactivas” de importación de bienes de equipo y tecnología avanzada.

Sin embargo, el primer ministro Li en relación a la infraestructura de transportes ha incidido en la urgencia de mejorar la de las zonas más deprimidas, los territorios habitados por minorías étnicas, las regiones fronterizas y las regiones más económicamente deprimidas del país, infraestructuras que considera clave para que estas regiones salgan de la pobreza; no hay que olvidar que uno de los objetivos para el año 2020 es acabar con ella en todo el país.

Así, en los próximos cinco años, se acelerará la construcción y rehabilitación de caminos rurales, antiguas vías de ferrocarril y aeropuertos, una actualización cuya necesidad se había hecho evidente hace ya décadas, pero que se había ido posponiendo por la escasez de recursos durante décadas.

Por otra parte, en lo que se refiere a las llamadas de atención de los gurús de la economía global respecto a la caída del crecimiento del PNB chino y los peligros que este hecho puede representar para la economía mundial, tan íntimamente interrelacionada, Winfried Bischoff, ex presidente del grupo financiero LLoyds, asegura que, tras haber hecho una lectura en profundidad de un informe de Standard & Poor´s en relación a la contribución de China al crecimiento de la economía global en 2014, la economía de este país seguirá creciendo, aunque la bajada en términos porcentuales haga creer lo contrario.

En opinión de Bischoff, China está alcanzando a Estados Unidos, país para el que un crecimiento del 3 o del 4 por ciento es, hoy día, una ilusión, mientras China lo hace a un ritmo de entre un 6,7 y un 6,9 por ciento. Bischoff afirma que, incluso aunque China creciera un 6 por ciento, eso sería más que suficiente y recuerda que la principal contribución de China a la economía global es el crecimiento del consumo.

Winfried Bischoff, que actualmente preside el Consejo de Informes Financieros para el Reino Unido e Irlanda, lo compara al Plan Marshall norteamericano, posterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos creció gracias a los trece mil millones de dólares que prestó en condiciones ventajosas a los países europeos devastados por la guerra, cuyo equivalente hoy serían aproximadamente noventa mil millones de dólares, que se tradujeron en comercio con los americanos de los países receptores.

Bischoff destaca el que un país no se hace rico si no hay países vecinos que dispongan de recursos financieros para comprar sus productos. En definitiva, China deberá contribuir al crecimiento de otros países vecinos, en virtud de su propia liquidez, prestándoles, lo que revertirá en su propio beneficio, como le sucedió a Estados Unidos tras poner en funcionamiento el Plan Marshall.

Aunque, el semanario The Economist señaló recientemente que las ayudas económicas pueden tener otra utilidad distinta a la que destaca Bischoff.

The Economist revela también la relación de China con ciertos países africanos que la ayuda al desarrollo, o inversión económica, según se mire, que China proporciona a algunos de estos países, crece de manera exponencial cuando sus representantes ante Naciones Unidas votan los diferentes acuerdos y resoluciones en el mismo sentido en que lo hace China.

A partir del proyecto AidData, de la universidad William and Mary de Virginia, The Economist llega a la conclusión de que China da mayor ayuda financiera a aquellos países que la siguen en su política de aceptación o rechazo en ciertas resoluciones.

De esta forma, a la hora de decidir si votar a favor o en contra de la condena a ciertos países, amigos de China, por no respetar los derechos humanos, aquellos países que se hubieran negado a condenarlos, podrían recibir una dosis extra de simpatía por parte del »gigante asiático». Pero esto no es nuevo en el ámbito de la Organización de Naciones Unidas.

Juan de Castro Pita

ex consultor de Naciones Unidas

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