Kazuo Ishiguro, británico de origen japonés, ganador del Nobel de Literatura, entre Oriente y Occidente

Madrid. Kazuo Ishiguro acaba de ganar contra todo pronóstico el Premio Nobel de Literatura 2017 dejando atrás el polémico recuerdo del anterior galardonado, el cantautor Bob Dylan, y demostrando que la Academia Sueca ha regresado a un terreno literario más convencional.
Ishiguro nació en Nagasaki en 1954, trasladándose su familia a Londres cuando solo contaba con 6 años, estableciendo allí su residencia y en donde llevó a cabo sus estudios y vida profesional, una repleta de trabajos literarios que no solo abarcan la novela, sino también la televisión, el cine y la música, ésta última en realidad su gran vocación.
Su primer trabajo novelado, Pálida luz en las colinas salió en 1982, resultando, a diferencia de su compatriota (de nacimiento) Haruki Murakami, un autor no tan prolífico. Su última obra, El gigante enterrado, se lanzó de hecho al mercado en 2015, tras un lapso de diez años con su anterior título, Nunca me abandones.
«Alguien me preguntó qué estaba haciendo durante mi retiro de 10 años, y pensé: sí, ha habido un parón de 10 años desde mi última novela, ¡pero personalmente no he estado descansando en estos 10 años!», dijo en una entrevista para Telegraph en febrero de 2015.
Lo cierto es que, prolífico o no, Ishiguro es considerado un autor de calidad al menos en su tierra de bautismo , donde han llevado a la gran pantalla Nunca me abandones y Lo que queda del día, mientras que El gigante enterrado fue esperado «con gran anticipación».
La secretaria permanente de la Real Academia de las Ciencias de Suecia, Sara Danius, ha descrito el trabajo de Ishiguro tras anunciar su galardón como la mezcla entre Jane Austen y Franz Kafka con algo de Marcel Proust, además de referirse a él como «un novelista brillante que ha desarrollado un universo estético único».
Lo cierto es que el estilo de Ishiguro, cuya influencia juvenil después de la música fue el escritor británico Ian McEwan, resulta bastante personal, en donde se reconocen trazas propias tanto de la literatura japonesa como de la anglosajona.
Así, tenemos esa emoción contenida, la ambigüedad de los silencios, ese mundo que se desarrolla entre la realidad y lo onírico, tan propio de la expresividad artística nipona (el propio Murakami es un buen exponente, como lo era también otro Nobel de Literatura, Yasunari Kawabata, galardonado en 1968), junto con la perspectiva de un narrador observador que no juzga.
«Al no considerarme cristiano, me he cuestionado a veces esto», dijo refiriéndose hacia la noción de culpabilidad, la cual abarca en El gigante enterrado, añadiendo que «tener un dios que es infinitamente piadoso me surge como conveniente dentro de un sistema moral en el centro de un imperio rampante».
Sin embargo, Ishiguro también abarca otros temas recurrentes y más universales como el paso del tiempo y la memoria, la verdad existente tras el mundo de los recuerdos y el control de las emociones sometidas al autoengaño.
Su primera novela, Pálida luz en las colinas, se ambienta de hecho en la Inglaterra de la década de 1980, protagonizada por tres mujeres japonesas, una de ellas en el presente y otras pertenecientes al pasado, al Nagasaki de la posguerra. Si bien Ishiguro no llegó a vivir los años de la Segunda Guerra Mundial, es inevitable preguntarse hasta qué punto no contiene rasgos autobiográficos, aunque sea por parte familiar.
A la postre, hallamos una obra que no solo refleja los horrores de una posguerra particularmente terrible (sobre Japón cayeron dos bombas atómicas, una en Nagasaki), sino también el silenciado pueblo nipón, que sobrevive en medio de la miseria y de potentes choques culturales y generacionales.
Su segunda novela, Un artista del mundo flotante, también ambientada en el Japón de los años posteriores a la guerra, podría considerarse una especie de continuación espiritual de la primera, que acaba reflejando ese nuevo y «democrático» Japón, ya ocupado por los estadounidenses.
El resto de los ocho libros escritos por Ishiguro se ambientan en su mayor parte en Inglaterra (no siempre de una forma realista), quizás con una perspectiva algo más occidental, pero los tumbos entre el pasado y el presente, la fantasía y la realidad, nunca quedan atrás.
Kazuo Ishiguro ha ganado de este modo el Nobel de Literatura imponiéndose a otros claros favoritos, como el eterno perdedor (dentro de esta categoría), Haruki Murakami, a quien parece que el aclamado premio se le va alejando cada vez más.
En definitiva, hay tres obras de la amplia creación literaria que reflejan la riqueza del nuevo Nobel de Literatura: Los restos del día (Lo que queda del día), escrita en 1989, posiblemente la obra que consagró a Ishiguro, una obra ambientada en la Inglaterra de 1956 que gira alrededor del viaje que emprende por primera vez en su vida el que ha sido mayordomo de Lord Darlington, donde en ese momento la propiedad del noble está en manos de un norteamericano y éste le ofrece su coche al protagonista para que disfrute de unas vacaciones, donde se narra una trama de luces y claroscuros, de máscaras que apenas se deslizan para desvelar una realidad mucho más amarga que los amables paisajes que el mayordomo deja atrás. La novela fue adaptada al cine dirigida por el cineasta James Ivory en 1993.
Luego Nunca me abandones (2005), cuya obra fue llevada al cine por el estadounidense Mark Romanek en 2010, donde trata de las grandes historias contadas por el novelista británico por la que, además, fue nominado al premio Booker en el año 2005, una historia de una ficción que narra el proceso de desarrollo y aprendizaje de una niña, Kathy H., internada en un centro en Inglaterra.
Por último, El gigante enterrado (2016), su última novela, ambientada en Inglaterra, cuya acción se traslada a la Edad Media, donde Ishiguro nos traslada a un pasado remoto, donde se tratan los temas y dilemas que inquietan a los seres humanos.
Un análisis muy esclarecedor para conocer al escritor K. Ishiguro y su obra. Yo no había oído hablar de él, así que después de leer este artículo ya sé que puedo leer para conocerle. Gracias!!!