El G20 evidencia la polarización entre China y EEUU e India surge como gran protagonista

Madrid. El G20 ha evidenciado la tensión entre Estados Unidos y China, una rivalidad por hegemonizar el mundo, pero si ya la globalización no anda bien, y dada la polarización entre bloques como el de Occidente y EEUU y el de China con Rusia, la inestabilidad geopolítica mundial va a prolongarse por un cierto tiempo. El presidente chino, Xi Jinping, no acudió a Nueva Delhi, mientras Joe Bien hizo valer su presencia y tras terminar la cumbre se marchó a Vietnam para seguir intentando aislar a Pekín de la esfera mundial, una visita a un país que mantiene litigios con el gigante asiático por las islas del mar de la China Meridional, y Washington trata de impedir que siga «colonizando» esas islas.
Biden supo acaparar su protagonismo en la cumbre ante la ausencia de Xi Jinping, que además compartió distintos puntos de vista políticos con India, un país cada vez más notorio en la comunidad internacional y que le inquieta que Pekín sea el verdadero líder de ese orden mundial que quiere establecer el gigante asiático.
El presidente estadounidense presentó en Nueva Delhi un plan de financiación para los países de bajos ingresos y un amplio proyecto de infraestructuras como el corredor marítimo y ferroviario que conecte a la India con Oriente Medio y al mismo tiempo sirva para contrarrestar la Nueva Ruta de la Seda que promueve China y más cuando aliados o socios tradicionales de EEUU del mundo árabe se alejan de Washington y se acercan al gigante asiático.
Nueva Delhi marcó sus diferencias con la invasión de Rusia en Ucrania. El mundo no discute el enorme daño económico y político de esta esperpéntica contienda bélica que originó Moscú, y pese a que la ONU ya se opuso a esta invasión, el G20 no condenó el ataque ruso dado que China rechazó la culpabilidad de Rusia del conflicto, que Moscú sabe que está dañando a su economía y a todo un país en el que nadie puede llevar la contraria a Vladimir Putin mientras sigue destrozando Ucrania. Al final Rusia logró garantizar que la agenda del G20 no se viera eclipsada por el conflicto en Ucrania. Un éxito parcial mientras la guerra sigue en pie. Mientras rusos y chinos siguen culpando a EEUU de una actitud hostil contra ellos.
La cumbre de Nueva Delhi le pasó el testigo a Brasil, que la celebrará el próximo año en Río de Janeiro, pero una vez más Pekín mostró sus cartas al oponerse a EEUU para que presida el G20, las veinte economías mundiales más importantes, en 2026, pero no salió adelante. De esta forma, Brasil lo presidirá en 2024, Sudáfrica en 2025 y Estados Unidos en 2026, pero la tensión entre las dos primeras potencias mundiales continúa.
China evidencia su oposición a EEUU, las tensiones siguen ahí, enfrentadas por asuntos como Taiwán, isla que Pekín no descarta invadir y que Washington en principio defendería, o cuestiones comerciales y tecnológicas, pero al final de la cumbre del G20 el primer ministro chino hizo un llamamiento por la «unidad en vez de la división» y la «cooperación en lugar de la confrontación», todo lo contrario cuando previamente se opuso a que Washington celebrase la cumbre en 2026.
La cumbre ha terminado, India ha quedado satisfecha, su capital Nueva Delhi vuelve a una cierta normalidad, en medio de vendedores ambulantes por doquier y el ensordecedor pitido de los vehículos tras el fin de las restricciones impuestas por el Gobierno indio para la celebración de una cumbre que no resuelve los problemas globales y acentúa aún más la polarización política entre las dos primeras potencias mundiales.
Eso sí, un gran éxito la inclusión África (Unión Africana-UA) en el G20, un continente que necesita soluciones globales en beneficio de una sociedad con verdaderos problemas internos tanto políticos como económicos. África aumentará su presencia en foros multilaterales y al mismo tiempo tendrá su propio protagonismo dentro de la economía global, tal como indicó el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
India ha mostrado sus ambiciones globales con una buena organización de la cumbre del G20, pero este país del Sudeste Asiático aún tiene que resolver distintos problemas para ser como aspira en 2030 la segunda potencia económica del mundo. No obstante, para los analistas con esta cumbre india surge como una potencia emergente cada vez con más protagonismo en la escena internacional.
El primer ministro indio, Narendra Modi, insistió en que está en condiciones de cerrar diferencias en el G20 y resolver problemas globales, pero los distintos bloques de las principales economías del mundo provocan divisiones, cómo se ha visto en relación a la guerra en Ucrania.
India ha logrado un hito histórico al lograr su primer aterrizaje en la Luna con su misión Chandrayaan-3. India ha entrado como un auténtico huracán en la era espacial, y eso que su presupuesto es menor que el de EEUU y China, y su capacidad tecnológica ha quedado patente en esta cumbre del G20 como una superpotencia emergente que ya es la quinta economía global y la mayor democracia de la Tierra.
Fantástico análisis. Cuando puedas haz alguno sobre la situación de Corea del Norte y el viaje de Kim Jon Un a Rusia. Seguro que desvelarás claves muy interesantes. Felicidades por este trabajo.