ELECCIONES | Todo listo para elegir al nuevo presidente de Corea del Sur

Seúl. Corea del Sur elegirá este martes a su nuevo presidente, tras la destitución de Yoon Suk-yeol por proclamar la efímera ley marcial en diciembre pasado, que originó una de las mayores crisis políticas y de mayor inestabilidad de los últimos años. Los surcoreanos votan con la esperanza de reactivar la economía y enterrar el caos político que supuso para el país.
Las tasas de participación en las tres últimas elecciones presidenciales fueron del 71,1 por ciento en 2012, el 75,3 por ciento en 2017 y el 71,6 por ciento en 2022. La participación más alta en las elecciones generales se había registrado el año pasado, con un 62,8 por ciento, mientras se espera que en esta ocasión la participación sea un récord, dada la importancia de estos comicios. Una crisis política que se quiere zanjar de formar inmediata, ya que el nuevo presidente de la República de Corea asumirá su cargo de forma inmediata una vez se hagan oficiales los resultados electorales.
La última encuesta sobre las elecciones presidenciales, publicada hace seis días, mostraba al candidato Lee Jae-myung, de 61 años, del Partido Democrático (PD), oposición hasta estos comicios presidenciales, como favorito, por delante de Kim Moon-soo, de 73 años, del conservador y hasta ahora gubernamental Partido del Poder del Pueblo (PPP).
El tercero en las encuestas es Lee Jun-seok, del partido conservador minoritario Partido de Nueva Reforma (NRP), que aún no tiene decidido si apoyará a Kim para desbancar a Lee en caso de que éste obtenga la Presidencia, y que puede suponer otro galimatías político ante tanta polarización y sobre todo con causas judiciales pendientes en torno al favorito Lee Jae-myung, que ha ido suavizando sus propuestas políticas más flexibles, como son las políticas de viviendas para los jóvenes, que le ven más proclive a la solución económica del país en comparación con el candidato conservador Kim, que ha empezado a recibir cierto respaldo de los jóvenes y más de un sector de ciudadanos de mayor edad.
Otro importante problema económico radica en la posible caída de las exportaciones tras las advertencias y amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, en sus relaciones con Corea del Sur ante su política arancelaria, que podría dañar a este sector clave en la economía del país, además de una inflación que parece haber disminuido en 2025.
De momento, Corea del Norte está dejando que transcurra con normalidad la campaña electoral, aunque Pyongyang es partidaria que Lee Jae-myung sea el nuevo presidente de Corea del Sur, dado su mayor acercamiento a China que sus oponentes. De hecho, los principales aspirantes presidenciales han convertido la política hacia el régimen de Kim Jong-un en uno de los ejes más polarizantes de la campaña, con propuestas que van del diálogo y la cooperación económica hasta la disuasión con armas nucleares tácticas de Estados Unidos.
Estas elecciones presidenciales originalmente estaban programadas para el 3 de marzo de 2027, pero los comicios se adelantaron tras el juicio político a Yoon Suk-yeol, cuando el pasado 4 de abril el Tribunal Constitucional (TC) surcoreano le destituyó definitivamente por decretar la ley marcial. Como establecen las normas del país, la fecha del 3 de junio se debe al requisito del TC de que una elección se celebre dentro de los 60 días de una vacante presidencial permanente, como ha sido este caso.
Es la segunda vez en tres presidencias que Corea del Sur se ve obligada a celebrar elecciones anticipadas, tras la destitución de Park Geun-hye en 2017 por un escándalo político, corrupción y tráfico de influencias por el que terminó siendo encarcelada, y ahora la destitución de Yoon por haber aplicado la ley marcial y abuso de poder, mientras que en 2004 fue también destituido el entonces presidente Roh Moo-hyun por supuestas violaciones de la ley electoral, pero fue rechazado por el TC y continuó como presidente de Corea del Sur.
En definitiva, unos comicios presidenciales marcados por la crisis económica que vive el país, en el sector inmobiliario y la inflación, así como por el envejecimiento demográfico o la perenne tensión con su vecina del Norte, con «amenaza nuclear» constante. Unas elecciones tras las que el nuevo presidente estará al cargo de la nación cinco años sin posibilidad de reelección, aunque el candidato Lee, del PD, ha propuesto que se reforme la ley para que la Presidencia del país sea de dos periodos.