Corea del Norte presenta su misil Hwasong-20 a la espera de negociar con EEUU

Kim Jong-un, en Pekín. | Kremlin.ru, Wikimedia
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Madrid. Mientras Corea del Norte sigue reforzando sus vínculos con China, unido a las ya consolidadas relaciones con Rusia, Pyongyang presentó, en otra muestra de seguridad y firmeza de su régimen, el nuevo misil balístico intercontinental (ICBM), el Hwasong-20, este fin de semana, en un majestuoso desfile militar celebrado en la plaza de Kim Il-sung de la capital norcoreana, para conmemorar el 80 aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores, arropado por líderes de Pekín, Moscú o Hanói, entre otros. Con la presencia de Kim Jong-un, que prometió convertir a su país en «una tierra más próspera» bajo «el arma nuclear más poderosa», capaz de alcanzar a todo Estados Unidos.

El Hwasong-20, el sistema de armas nucleares estratégicas más poderoso, se convirtió en la primera aparición pública de este misil, que, según expertos, podría contar con ojivas múltiples, lo que le permitiría atacar varios objetivos simultáneamente y superar sistemas antimisiles. Y cuando este misil entró en la plaza de Kim Il-sung, la emoción del público alcanzó tal grado de sentimientos encontrados, que su intensidad emocional desbordó por completo la realidad del país que «magníficamente» tutela el líder norcoreano, Kim Jong-un.

La solemnidad del desfile ganó pomposidad y entusiasmo ilimitados al celebrarse por la noche, en un acto militar que invita al recogimiento y en especial a la reflexión, pero sobre todo de un pueblo convencido que su máximo dirigente les salvará de cualquier problema o de una amenaza exterior al mostrar su arsenal como una fortaleza interior y geopolíticamente exterior. El escudo protector nuclear del régimen es cada vez más sano, fuerte y sólido con el visto bueno de China y Rusia.

El nuevo misil balístico aún no está al cien por cien desarrollado, aunque el Hwasong-20 busca ampliar el alcance y capacidad destructiva de sus predecesores, pero a la espera de ser probado para certificar sus resultados y capacidades, pero el hecho que se haya presentado en sociedad en un desfile militar nocturno «ha enloquecido» al pueblo norcoreano, que considera que su país aún sigue en guerra con distintos «enemigos», como Corea del Sur y EEUU. Un desfile que también sirvió para mostrar misiles hipersónicos, misiles de crucero estratégicos de largo alcance, sistemas antiaéreos, tanques de nueva generación Chonma-20 y lanzacohetes múltiples de 600 mm, tal como resaltó la KCNA norcoreana.

No obstante, Estados Unidos ya ha intentado varias veces la posibilidad de sostener negociaciones con Corea del Norte, y ahora e incluso recientemente sin condiciones previas, lo que podría interpretarse descartar al menos de momento el asunto espinoso de la «desnuclearización» y crear con ello un factor de confianza en los primeros contactos aceptando las demandas norcoreanas como el levantamiento de sanciones y luego ver qué sucedería con el arsenal nuclear de Pyongyang, mientras que con Corea del Sur las señales de acercamiento con el régimen de Kim Jong-un son palpables desde la llegada a la jefatura del Estado de Lee Jae-myung en junio pasado, aunque las indicaciones de aproximación para una apertura al diálogo entre las dos Coreas siguen siendo poco atendidas o ignoradas o tal vez una «excesiva» confianza que pueda originar alguna «inquietud» a las autoridades norcoreanas.

China también considera que nadie va atacar a Corea del Norte, pero no quiere una desestabilización del régimen norcoreano que pudiera provocar avalancha de refugiados hacia su frontera nororiental, pero Pekín quiere que se levanten las sanciones a Pyongyang, que le sigue asistiendo económicamente, e incluso tampoco ve con buenos ojos una alianza trilateral con Rusia y Corea del Norte, pero eso sí el apoyo de Vladimir Putin a Kim Jong-un puede restar la influencia de Pekín, mientras que las relaciones intercoreanas aún no están totalmente restablecidas.

En definitiva, unas conversaciones directas entre EEUU y Corea del Norte para la desnuclearización del país estarían abocadas al fracaso, mientras que cada vez Donald Trump contempla abrir un periodo de contactos sin condiciones nucleares por medio e ir viendo poco a poco el desarrollo de las hipotéticas conversaciones entre Pyongyang y Washington.

En suma, sea lo que fuere, Corea del Norte, con su nuevo misil balístico intercontinental (ICBM), el Hwasong-20, no va atacar a nadie, salvo que el régimen quiera suicidarse, y tampoco Estados Unidos y Corea del Sur van atacar a Corea del Norte. El régimen del líder norcoreano no va a reducir su arsenal nuclear al ser su mejor escudo protector dentro del país y garantizar la continuidad de la dinastía familiar. Veremos así cómo se afronta la nueva realidad política de posibles conversaciones entre EEUU y Corea del Norte, donde siempre China está pendiente de todo.

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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