China expone en la cumbre de la Ruta de la Seda su iniciativa para la liberación del comercio mundial

Rajoy en la Cumbre de las Rutas de la Seda. Foto RTVE.
Rajoy en la Cumbre de las Rutas de la Seda. Foto RTVE.
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Madrid. La reciente Cumbre de las Nuevas Rutas de la Seda (Belt and Road Summit), celebrada en Pekín, ha alcanzado un amplio consenso y resultados positivos, según explicó el presidente chino, Xi Jinping, que ha prometido invertir hasta 110.000 millones de euros, para un ambicioso proyecto económico de libre comercio.

En presencia de casi una treintena de jefes de Estado y de Gobierno, entre los que se hallaba el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, el ruso Vladimir Putin, el presidente de Turquía, Tayyip Erdogan, el italiano Paolo Gentiloni y el griego Alexis Tsypras y de representantes de alrededor de setenta países y organismos internacionales, incluidos un representante del recién elegido presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y Matt Pottinger, director para Asia del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca,  Xi Jinping les ha hecho saber que cuenta con alrededor de 110.000 millones de euros para inversiones y préstamos a los socios de su ambicioso plan que lo requieran, aunque no fijó plazo alguno para su completa realización.

De los más de cien mil millones de euros, 13.300 irán destinados al fondo para el desarrollo de las Rutas de la Seda, 50.000 serán utilizados para préstamos y otros 8.000 millones estarán a disposición de países y organismos de países de la ruta que los necesiten para su desarrollo, además de otros 40.000 millones de euros que el sector financiero pondrá en el mercado para la expansión de empresas en el extranjero.

Por otra parte, Xi Jinping transmitió también a los presentes, mandatarios y periodistas, durante la clausura, que esta iniciativa no fundamentará la cooperación en el terreno de las ideologías, pues es abierta e integradora y se propone la consecución de una globalización más equilibrada mediante la liberalización del comercio, atendiendo también a la necesidad de alcanzar un desarrollo respetuoso con el medio ambiente y en claro contraste con la idea del presidente estadounidense, Donald Trump, que proclama que América es lo primero, aunque el presidente chino considera que la iniciativa podrá llegar también a otros países de América, aunque no están en la Ruta de la Seda tradicional.

El Foro de las Nuevas Rutas de la Seda, un ambicioso plan intercontinental de inversiones en infraestructuras y otros campos, con el que China quiere aumentar la integración económica entre Europa, Asia, África y otras regiones, se plantea reforzar la red de ferrocarriles China-Europa, en la que ya opera una veintena de trenes de carga directos a ciudades europeas como Madrid, Londres, Varsovia o Rotterdam, aunque con la propuesta actual, iniciada en 2013, su objetivo es una red más coordinada que sea una alternativa más rápida al transporte marítimo de sus productos a Europa.

Así, Pekín ayudará económicamente a su aliado histórico, Pakistán, para el desarrollo de su puerto de Gwadar, en el mar Arábigo, al que dedicará una inversión de 55.000 millones de dólares, incluída  la ampliación de la Carretera del Karakorum, una de las más altas del mundo y que enlaza China con Pakistán.

Otro de los proyectos prioritarios de este plan es el puerto de la capital de Sri Lanka, Colombo, que ha sufrido retrasos en el pasado por razones políticas. El plan incluye, además, el primer tren de alta velocidad de Yakarta a Bandung; una red panasiática de trenes, de Kunming, al sur de China, que la unirá a Vientiane, en Laos, y a la red de ferrocarriles de Birmania; y desarrollar el transporte en tren hacia Tailandia, Camboya y Vietnam. 

En lo que se refiere a África oriental, China trabaja hace tiempo en el ferrocarril que unirá  Nairobi y Mombasa, en Kenia; en la carretera de Adis Abeba a Adama, en Etiopía y el tren entre Etiopía y Yibuti, ya en funcionamiento.

La iniciativa china, sin embargo, no ha estado exenta de críticas y llamadas de atención. Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial (BM), y Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Interanacional (FMI), pese a haber mostrado su apoyo al plan, no dudaron en destacar las dificultades con que se encontrará un proyecto de esta magnitud.

Por su parte, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, destacó que el desarrollo economico, aunque contribuye a mejorar las relaciones entre los países, no es suficiente para alcanzar una paz duradera, en alusion al terrorismo actual.

Por ultimo, diplomáticos de países occidentales han manifestado su desconfianza hacia lo que consideran un intento de convertir a China en una superpotencia hegemonica, mientras los japoneses, por su parte, han expresado su intención de ayudar a países vecinos, sin aclarar si lo harán como país parte de la iniciativa china.

Juan de Castro Pita

ex consultor de Naciones Unidas

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