Asia atrae interés inversor ante las expectativas de recuperación

Madrid. Para muchos fondos se antoja complicado invertir en un contexto volátil en los mercados financieros como el actual, marcado por las guerras de Ucrania y de Gaza, así como por las elecciones en Estados Unidos que se celebrarán en noviembre, con la más que posible victoria de Donald Trump y los cambios que eso podría conllevar en el tablero de la geopolítica mundial. Sin embargo, Asia puede ser una oportunidad en un escenario de bajadas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense, que ha descartado la posibilidad de endurecer la política monetaria a corto plazo. En particular, India, China, Corea del Sur y Taiwán tienen potencial para generar resultados positivos a los inversores este año, según la firma de inversiones abrdn.
India sigue manteniendo un crecimiento económico robusto, tal y como muestra el Índice de Gestores de Compras (PMI), que persistentemente logra registros superiores a 60. Además, los planes de inversión del Gobierno de Narendra Modi, que acaba de revalidar su mandato por tercera vez en las elecciones generales que se celebraron entre el 19 de abril y el 1 de junio, son un respaldo fundamental para que esa expansión continúe. Se prevé que este año el PIB real del país crezca entre un 6 % y un 7 %. «Lo importante es que hay diversos catalizadores de mercado que todavía no han sido descontados, entre ellos la inclusión de los bonos del Estado indio en los índices de bonos mundiales durante una fase de 10 meses. Esto favorecerá a la rupia india, y una rupia estable es positiva para la renta variable nacional», explica abrdn.
China es otra oportunidad. Los datos macroeconómicos han sido mejores de lo previsto en el primer trimestre, con un crecimiento del PIB del 5,3 % en términos interanuales, por encima de las expectativas del mercado de un 4,8 %. Un aspecto trascendental que puede servir de ayuda para la inversión en el gigante asiático es la recuperación de las relaciones entre China y Estados Unidos, tanto a nivel diplomático como empresarial, apunta. Un ejemplo de ello es el reciente acuerdo bilateral que apuesta por un diálogo entre ambos Estados en materia de inteligencia artificial, lo que «refuerza aún más esta distensión», opina esta firma de inversión.
No obstante, no es menos cierto que la crisis inmobiliaria china, principal lastre para el crecimiento, todavía no ha tocado fondo, y que, a pesar del buen comportamiento de la segunda economía mundial en el primer cuarto de 2024, el consumo aún no acaba de despegar. Pero lo que es un hecho -y un indicador muy alentador- es que en lo que va de año la bolsa china ha recibido un flujo neto de 22.400 millones de yuanes (3.000 millones de dólares) por parte de inversores extranjeros, y eso que la volatilidad y las ventas han predominado recientemente en el mercado, que ha acusado malas noticias como el mayor descenso de los precios de la vivienda en una década en mayo. Y eso que Pekín no desfallece en su apoyo al sector inmobiliario en un intento de hacerle renacer de sus cenizas que por ahora está dando pocos frutos, ya que la demanda sigue inerte. Con todo, en la comunidad inversora prevalece la idea de que China saldrá de esta crisis e impulsará el crecimiento de la región.
Por su parte, Corea del Sur y Taiwán ofrecen gran atractivo para las inversiones gracias a las iniciativas tecnológicas. Esto propicia un sólido incremento de los beneficios por la tendencia en estos países a adoptar la inteligencia artificial, que precisa potencia informática y un almacenamiento en la nube considerables. «Corea y Taiwán son piezas clave en la cadena de valor», zanja abrdn. No hay que olvidar que Corea del Sur es el principal fabricante de chips de memoria de gran ancho de banda (HBM) y que Taiwán es líder en la producción de semiconductores, con gigantes como Taiwán Semiconductor Manufacturing Co. (TSMC), cuya capitalización bursátil recientemente rebasó el billón de dólares después de que en junio superara a Berkshire Hathaway Inc. y se convirtiera en la octava empresa más valiosa del mundo.
Además, Corea del Sur podría verse favorecida por la decisión en mayo de la Comisión de Servicios Financieros de poner en marcha el programa «Value up». Según la gestora de activos Franklin Templeton, las empresas surcoreanas cotizan con valoraciones que son, de media, las más bajas entre sus homólogas de los mercados emergentes, pese a que el país alberga algunas compañías de las más dinámicas e innovadoras a escala mundial en las industrias de semiconductores y materiales. El llamado «descuento de Corea» se debe a las deficiencias de la gobernanza empresarial y al mal trato que reciben los inversores minoritarios, de acuerdo con esta firma. La «estructura Chaebol», los grandes conglomerados industriales tradicionales que ejercen un control familiar de las empresas a través de participaciones cruzadas, también es un factor que pesa en las valoraciones, añade.
Por ello, las autoridades coreanas han optado por lanzar este proyecto basado en la transparencia que busca aumentar el valor de las acciones, entre otras medidas, con incentivos fiscales para fomentar el reconocimiento del mercado a través del lanzamiento de un índice Value-Up y de fondos cotizados en bolsa. Si bien el programa es voluntario, los reguladores creen que el mercado recompensará, mediante valoraciones más altas, a las empresas que adopten sus objetivos. Este juicio coincide con el de abrdn: «La iniciativa coreana desbloqueará el valor para el accionista y beneficiará a los inversores».
Asia, por tanto, se presenta como el sitio en el que estar para las grandes gestoras de fondos en medio de la incertidumbre global. Y, en concreto, el Sudeste Asiático es una región apetecible para los inversores, que ven que las tendencias demográficas y políticas respaldan el crecimiento a medida que las multinacionales instalan sus centros manufactureros en países como Vietnam y Malasia.
Pero sería prudente no echar las campanas al vuelo en la coyuntura actual, en la que, no obstante, se aprecia una normalización gradual de las tensiones, lo que se traduce en una menor prima de riesgo geopolítico y en un clima de inversión más favorable. Pese al previsible ciclo de recortes de tipos de la Fed que apunta a unos mejores resultados en los mercados asiáticos, es poco probable que la recuperación sea suave y sencilla, según abrdn. Además, un recrudecimiento del conflicto en Oriente Próximo que pueda provocar perturbaciones en el suministro de petróleo -y, por tanto, afecte a la inflación- podría traer cambios en la política del banco central estadounidense, añade. Y, claro está, como decíamos al principio, no se puede ignorar el resultado de los comicios de Estados Unidos, que supone un riesgo insoslayable para los mercados, que lo vigilarán muy de cerca.







