Yuriko Koike es reelegida gobernadora de Tokio

La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike.
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Madrid. La gobernadora actual de Tokio y fundadora del Partido de la Esperanza, Yuriko Koike, ha sido reelegida para un segundo mandato con alrededor del 60 por ciento de los votos en un fin de semana en el que se ha reportado que los casos de coronavirus vuelven a superar los 100 diarios en la capital de Japón por cuarto día consecutivo.

Koike, que había comenzado su carrera política en el Partido Liberal Democrático (PLD) y que había sido ministra de Defensa durante el primer mandato del actual primer ministro nipón, Shinzo Abe, ha sido la más votada por segunda vez consecutiva en las elecciones a la gobernación de Tokio, a la que aspiraban más de 20 candidatos y cuyos resultados oficiales se darán a conocer esta misma semana.

La primera mujer que gobierna Tokio, lo que le hizo pasar por situaciones sexistas durante las primeras elecciones, es de una posición ideológica conservadora que, sin embargo, ha sabido desenvolverse ante los medios, algo que ha sabido aprovechar a su favor.

Ha sido el caso durante las dos crisis más recientes por las que ha tenido que pasar, la de la pandemia de COVID-19 y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que se han tenido que posponer hasta julio de 2021 como consecuencia de la imparable expansión del virus.

Ante el retraso en la toma de decisiones en la zona más afectada tras la primera oleada que hubo en febrero, Koike ha sido el rostro más visible de la política en los medios nipones, donde a su vez se desenvuelve de forma aparentemente relajada, lo que, a pesar de las críticas, ha aportado cierta sensación de seguridad y cercanía entre los tokiotas.

El pasado como presentadora televisiva de Koike ha jugado un papel fundamental en su presencia política, con su fácil manejo ante las cámaras y la difusión de «eslóganes» que se han ido extendiendo entre la población, como el «quédense en casa» en medio de un estado de alarma que, por ley, no ha prohibido nunca salir a los japoneses de sus hogares. 

Es esta presencia mediática la que ha alimentado su popularidad por encima de las medida políticas reales que ha afrontado durante su gobierno, durante el cual no ha ocurrido ningún cambio sustancial ni llamativo.

De hecho, la ideología conservadora «dura» de Koike la ha posicionado en lugares poco populares, como el hecho de que ha declarado «no saber si apoyaría» la unión legal entre personas del mismo sexo -un eufemismo entre los japoneses para no expresar la negativa directa- o la falta de soporte público hacia las víctimas de la ocupación coreana por parte de Japón y sus descendientes, ahora habitantes del país del sol naciente”.

A pesar de esta victoria, y con los cuatro años de gobierno que le quedan por delante, el futuro político de Koike es aún incierto. Elegida por primera vez como gobernadora de Tokio en 2016, en las elecciones generales de 2017 tuvo que admitir la derrota ante la candidatura de Abe como primer ministro.

Tras la crisis del coronavirus, queda por ver si el aparente aumento de la popularidad de Koike frente a Abe se queda en algo pasajero o si continuará la tendencia, en medio de una población cada vez más descreída, con una participación cercana al 55 por ciento en estas elecciones, y de unos medios que no se atreven a realizar preguntas incómodas.

Koike ha sabido desligarse de sus antiguos compañeros de partido lo suficiente como para haberse presentado como una especie de fuerza política independiente, que pretende renovar uno de los campos en donde Japón se ha mostrado más inamovible e incluso pasivo. 

No obstante, la ausencia de candidatos «fuertes» en la oposición ha sido un factor decisivo en la victoria de Koike en unas elecciones atípicas no solo por la pandemia, sino por las situaciones creadas por algunos de los rivales, como el aparecer en los medios disfrazado como un personaje del anime Code Geass, que justamente versa sobre política y revolución.

Ahora el panorama se presenta complicado para la gobernadora de Tokio ante el temor de una segunda ola de contagios por coronavirus. Koike ha asegurado que no promoverá el cierre de comercios y sí el incremento de camas en los hospitales y de controles mediante test para la población

El otro gran obstáculo lo presentan los Juegos Olímpicos, que algunos miembros de la oposición han abogado por retrasar unos años más o incluso cancelarlos. Hoy por hoy, la incertidumbre sobre la llegada de la vacuna y si ésta se podrá aplicar sobre el grueso de la población continúa sobrevolando una de las grandes apuestas de los gobiernos nacional y capitalino para el impulso de la economía nipona.

Ana Alonso Giménez

Licenciada en Historia (especialidad en antropología), directora de Fantasy Cloud S.L y colaboradora en varios blogs que versan sobre Japón

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