Los robots en Japón son cada vez más humanos e imprescindibles

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Madrid. Los robots en Japón cada vez son más humanos y más imprescindibles. Pueden ayudar a construir productos, a limpiar, a detectar fenómenos naturales, incluso a trabajar en la industria pesada o en la construcción, pero los robots se acercan cada vez más a nosotros cuidando ancianos, enseñando la lengua de signos, bailando e incluso sonriendo, para entretenimiento y para proveer de compañía.

Japón es el líder mundial en manufactura y consumo de robots. Todas las novedades se pueden ver en CEATEC, la mayor feria de tecnología de Japón que se acaba de celebrar en Tokio.

Hay quien asegura que la afinidad especial de los japoneses por la robótica tiene mucho que ver con la  historia de manualidades tradicionales como los “karakuri ningyo”(autómatas), con las creencias animistas del sintoísmo y las enseñanzas budistas relacionadas con la interconexión de todos los objetos, ya sean animados o inanimados.

Sea por la razón que sea, aproximadamente la mitad de los robots del mundo son hechos y usados en Japón. También la mitad de los ingenieros robóticos son japoneses, salidos de las 150 facultades que dictan cursos especializados y de las que salen cada año 3.000 profesionales.

Ya existen robots para casi todo, para el ocio y para el  trabajo, pero el campo no deja de ampliarse. Hay robots bailarines, que tocan el piano o que limpian la casa, pero se trabaja en otros que puedan combatir incendios o guiar a ciegos, cuidar de niños, o escribir noticias.  Sin contar con la ayuda que pueden suponer en el mundo laboral, en un país en el que un tercio de los trabajadores tiene más de 55 años. Los robots pueden ser mano de obra joven y eficaz.

Ahora gracias a los avances tecnológicos, los robots se están volviendo mucho más simpáticos y humanos Este mismo mes, Toshiba ha presentado un nuevo prototipo de «robot social», con aspecto humano y  capaz de expresarse en el lenguaje de signos. El robot  puede mostrar expresiones faciales, y va dirigido especialmente a la asistencia de personas mayores.

Puede parpadear, sonreír y  mover brazos y manos para comunicarse por señas.  Se trabaja para ampliar su repertorio de expresiones y para desarrollar la capacidad de hablar y de reconocer el habla. Podría ser comercializado en unos años, hacia 2020.

Este «robot social» podría ser de gran utilidad tanto en el ámbito doméstico como en el sanitario, especialmente para servir de compañía y asistencia a las personas de edad avanzada con demencias o discapacidad auditiva.

El campo es ilimitado, y Japón sigue apostando por la robótica. De hecho, ya se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de celebrar en 2020  unos Juegos Olímpicos en los que los robots compitan mostrando sus  habilidades técnicas. Como los humanos.

Mª  Ángeles Santos Martínez, periodista

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