Xi Jinping viaja a EEUU para reforzar a China como garante de la estabilidad mundial

Xi Jinping y Obama en su última visita a China
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Madrid. El presidente de China, Xi Jinping, hace esta semana su primera visita oficial a Estados Unidos, del 22 al 28 de septiembre, que incluye su intervención con un discurso por el 70 aniversario de la fundación de la ONU, aunque lo más importante será su encuentro con Barack Obama, donde ambos estadistas revisarán asuntos espinosos como el ciberespionaje o las tensiones en el mar de China Meridional, pero con el mensaje claro de que la economía china no se hundirá para garantizar la estabilidad mundial.

Barack Obama recibirá a Xi Jinping el 25 de septiembre, que corresponde así la visita de Estado del presidente estadounidense a China en noviembre de 2014, una semana muy completa para Xi que tratará de profundizar en los negocios económicos y en revisar los asuntos actuales de la comunidad internacional, pero que tendrá que solventar para que el éxito de su viaje no se vea eclipsado con la coincidencia de la visita del Papa Francisco del 22 al 27 de septiembre, quien, en un gesto poco habitual, el matrimonio Obama recibirá al Pontífice en la base de Andrews (Maryland).

El presidente Xi llegará a Washington el día 24 y luego al día siguiente se entrevistará con Obama, quien será recibido con toda clase de honores teniendo en cuenta la importancia del viaje y ambos darán una rueda de prensa con asuntos que han marcado la estrategia de las relaciones internacionales de los dos países pero sin olvidar que China se ha convertido en el principal tenedor extranjero de deuda pública de Estados Unidos, superando incluso a Japón.

Otro de los asuntos que Xi y Obama abordarán son las diferencias que mantienen sobre los litigios territoriales en el mar de China Meridional, sobre todo cuando con imágenes de satélites muestran nuevas construcciones de pistas aéreas en las islas Nansha/Spratly, que Pekín se disputa con Filipinas, pero que China ha dejado claro recientemente que no piensa ceder en sus reclamaciones en esa zona del Pacífico, clave para la estrategia naval de EEUU, y por donde circula alrededor del 40 por ciento del comercio marítimo mundial.

Además, China ha acusado a Japón, fiel aliado de EEUU, con quien mantiene un verdadero pulso por las islas Diaoyu-Senkaku, de amenazar la paz en la región después de que Tokio aprobara un cambio legislativo que permite a sus Fuerzas de Autodefensa (FAD) combatir en el exterior por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.

Tampoco quedará en el tintero la permanente crisis de la península coreana, donde, en principios, hay bastante acercamiento sobre cómo solucionar la desnuclearización de Corea del Norte, sobre todo cuando China ha pedido cautela al régimen de Kim Jong-un para que no haga nuevos lanzamientos de misiles, pero tanto Washington y Pekín coinciden en reactualizar las estancadas conversaciones a seis bandas (China, EEUU, Japón, Rusia y las dos Coreas), suspendidas desde 2008, para poner fin al programa nuclear norcoreano.

Al mismo tiempo, el pacto nuclear con Irán o la situación de Afganistán, así como la lucha contra el Estado Islámico (EI), que tiene secuestrado a un ciudadano chino, o el cambio climático, que ambos países firmaron un histórico pacto el pasado año en Pekín, forman parte de los asuntos que las dos grandes potencias tratarán a lo largo de esta semana.

Dos asuntos que tampoco pasarán desapercibos son los relacionados con el ciberespionaje donde China y EEUU tratarán de acercar posiciones tras las últimas escaramuzas vividas entre los dos países y obviamente Taiwán estará muy pendiente del encuentro entre Xi y Obama para ver de qué hablan, sobre todo cuando Washington sigue siendo el principal garante de la seguridad taiwanesa.

Xi Jinping explicará a Obama la profundización de la reforma y de la apertura de la economía china, sobre todo tras los últimos vaivenes de las bolsas chinas y la actual desaceleración económica, que ha supuesto que el Fondo Monetario Internacional (FMI) haya pedido a China que acelere sus reformas para sostener el empleo y proporcionar estabilidad mundial, en una economía que necesita, dice el FMI, crecer entre un 6 por ciento y un 6,5 por ciento para que de esta forma en los próximos años asegurarse la creación de 10 millones de empleos anuales.

Lo que está claro que para que la recuperación mundial se consolide depende en buena medida de la estabilidad económica de Pekín y de cómo afrontar sus reformas para evitar contagios, pues China representa el 40 por ciento del crecimiento mundial y su PIB necesita crecer no menos del 7 por ciento, dado que en los últimos meses miles de chinos han regresado a sus pueblos ante la paralización de las empresas, además las exportaciones, aunque baratas, ya no son como antes y la manufacturera ha caído a niveles que no se veían hace años. De ahí, la insistencia en sus reformas que Xi explicará a Obama.

También Xi Jinping aprovechará en su encuentro con Obama para que EEUU repatríe a sospechosos chinos de corrupción refugiados en el país, entre ellos el hermano del ex mano derecha del ex presidente Hu Jintao, Ling Jihua, y todo quedará para ver cómo tratan el tema de los derechos humanos en China, pero todo hace pensar que estos asuntos no ocuparán mucho tiempo en la reunión entre las mayores potencias del mundo.

Xi Jinping concluirá su estancia en Estados Unidos con una visita a la ONU, ubicada en Nueva York, donde asistirá en compañía del secretario general del organismo, Ban Ki-moon, a una serie de actos y donde pronunciará un discurso el día 28.

Santiago Castillo, periodista, escritor, director de Asianortheast.com y experto en la zona

Santiago Castillo

Periodista, escritor, director de AsiaNortheast.com y experto en la zona

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